Ha pasado algo más de un mes desde que el ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán ingresara en la cárcel. Su imputación en el caso Koldo fue el trampolín que le precipitó a los infiernos judiciales, políticos y mediáticos. Tanto es así que, tras prestar declaración ante el Tribunal Supremo, el magistrado que instruye la causa decretó prisión incondicional al entender el elevado riesgo de destrucción de pruebas que supondría su puesta en libertad. Desde entonces, el navarro ha guardado silencio, hasta que 30 días después lo ha roto con una entrevista concedida a La Vanguardia, en cuyas páginas resume los argumentos de su defensa durante estos meses, incluyendo acusaciones contra la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, así como proclamas por su “inocencia” frente a lo que etiquetaba como una “persecución política”.
El ex secretario de Organización socialista percute, durante su conversación con La Vanguardia, en la explicación que le trasladó al presidente del Gobierno tras la filtración de los informes de la UCO. En aquellos días, Cerdán advertía de que no se reconocía en los audios que cotejaron los investigadores, sugiriendo incluso que éstos pudieran estar trucados o modificados con alguna herramienta de inteligencia artificial. Sobre esta defensa redundaba el político navarro en las páginas del mencionado periódico, en las que reivindicaba su vitola de “inocente” en un caso que poco menos es una “persecución política” contra su persona.
Al menos, así lo entiende el propio Cerdán, que repelía las preguntas formuladas con contraofensivas hacia la UCO. “No he hecho nada de lo que dicen”, expone uno de los imputados en la trama Koldo, quien a su vez insiste en que los agentes de la Guardia Civil “fuerzan las cosas” para alcanzar unas “determinadas conclusiones que no se ajustan para nada a la realidad”. Negando la mayor y declarando a los cuatro vientos su inocencia, también apunta a que es el foco de una conspiración para acabar con su vida política por su “papel en las negociaciones del PSOE” con los socios del Ejecutivo. En este sentido, además, niega la mayor y redunda que no conocía que ni García Izaguirre ni José Luis Ábalos pedían dinero “a cambio de adjudicaciones”.
En primera persona
“Me va a permitir que hable sólo de mí”, expone el exdirigente del PSOE, subrayando su “inocencia” y su confianza en poder demostrarlo ante los tribunales. “Las valoraciones de terceros ya las juzgará el tiempo, pero con lo que me conoce Pedro yo pensé que lo tendría claro”, respondía así en relación con la postura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre su persona y figura después de que trascendiera su imputación en la trama.
Personificaciones al margen, Santos Cerdán confiesa que siente “mucho” el “daño” que se le está haciendo a sus siglas, el Partido Socialista. Sin embargo, todavía lamenta más si cabe “el que se me ha hecho y se me está haciendo a mí”. “Si no hubiera sido secretario de Organización no me hubiera visto en esta”, sostiene, agitando su argumento de la campaña política. Pese a todo, en caso de que la moneda le saliese cara durante el proceso y no se probase su responsabilidad en la trama, el que fuera mano derecha de Sánchez no volverá a la política. “Si todo se aclara quiero vivir tranquilamente con la familia, pasar página y no volver a la política”, confiesa.
La trama navarra
Cerdán, inmerso en una defensa de negación constante, insiste en que la UCO se extralimita en sus conclusiones. De hecho, niega que las conversaciones con Koldo García Izaguirre sobre el reparto de mordidas “no han existido” nunca, además de que, bajo ningún concepto, asegura no haber influido en la concesión de obras públicas. A través de estos argumentos trata de reagrupar su tesis de que “la trama navarra es inexistente”. Afirma, en este sentido, que las obras a las que se menciona en la causa en Navarra son “o de particulares o de un periodo en el que el PSN no tenía poder alguno”.
Por otro lado, desmonta la teoría de que el PSOE se haya financiado de manera ilegal, aunque sí admite que conoce a Antxon Alonso: “En 2004-2005, pero la relación se intensificó a partir de 2011-2012”. Dicho lo cual, Santos Cerdán revela que fue el constructor el que intermedió en las negociaciones con EH Bildu y PNV para la investidura de Pedro Sánchez. Versión que el coordinador abertzale, Arnaldo Otegi, confirmaba el pasado mes de julio. “Sí, Antxon Alonso me ayudó en los dos partidos”, apostilla Cerdán, que justifica que el acuerdo societario con el empresario se debe a una propuesta de proyecto de Alonso ante la debacle electoral del PSN: “Renuncié al mismo al cabo de pocos días, después de hablar con mi familia”.