La situación de los menores migrantes en las Islas Canarias es crítica. El propio presidente autonómico, Fernando Clavijo, pronunció la frase más reveladora al respecto después de que la región entrase en completa situación de colapso en tiempo reciente: "Somos incapaces de preservar los derechos de los niños". Actualmente, las islas acogen a unos 5.600 menores migrantes no acompañados, cuando su capacidad máxima ronda los 2.000. Ahora, después del rechazo del PP, de Junts y de la ultraderecha de Vox a la reforma de la Ley de Extranjería, la situación de los niños pasa a ser todavía más comprometida.
Este martes se votó en el Congreso de los Diputados, en la que fue la última sesión plenaria antes del periodo vacacional, la reforma de la Ley de Extranjería, en concreto, de su artículo 35, que hace referencia a los menores migrantes no acompañados. La proposición de reforma de ley, presentada por el PSOE, Sumar y Coalición Canaria, determina que las comunidades autónomas deberán ser solidarias por ley y acoger a estos niños, algo que hasta ahora no era obligatorio, además de ampliar las competencias estatales para determinar dónde enviar a esos niños en función de la saturación de cada comunidad autónoma. La reforma de la ley propone hacer obligatoria la acogida a la hora del reparto de estos niños, en aras del interés superior del menor cuando exista una "contingencia migratoria", así como agilizar los plazos, pues da 15 días para el traslado desde que el menor es inscrito en el registro de menores no acompañados. Todo ello, a su vez, se deriva del incumplimiento sistemático de los acuerdos de reparto por parte de algunas comunidades.
Por ejemplo, Canarias y las ciudades de Ceuta y Melilla viven una situación de hipersaturación, mientras que otras comunidades tienen plazas e infraestructura suficientes para contribuir a un reparto más equitativo. Conviene recordar que se está hablando de niños y adolescentes, menores de edad, con unas condiciones materiales y sociales extremadamente complicadas, que les hacen depender de los recursos que las instituciones puedan y quieran poner a su disposición. Sin embargo, el Partido Popular, Junts y Vox decidieron votar en contra de esta iniciativa, como ya anunciaron previamente a la votación. Un descabalgo de la solidaridad prometida en su momento por un Núñez Feijóo que, incluso, llegó a adscribirse a la propuesta de Coalición Canaria de darle a este asunto un pleno monográfico más adelante. Agua de borrajas.
La encargada de abrir la veda en el debate fue la diputada de Coalición Canaria Cristina Valido, con una intervención que bien podría tomarse como un desesperado grito de ayuda ante la situación de emergencia que viven los territorios insulares. Valido pronunció un discurso que escenificaba a la perfección la agonía de una autonomía con los niveles de estrés rebosantes, llegando a calificar la situación actual de la región como "trágica". "El Congreso no ha sido capaz de trabajar en materia migratoria, de reformar la ley y adaptarse a la nueva situación de extrema gravedad", verbalizaba Valido. Ante la imposibilidad de "explicar a los canarios" que la Cámara Baja haya sido incapaz de dar respuesta a esta situación, insiste en postergar el debate sobre la mencionada problemática. A la vista de la suerte que ha corrido el texto, nuevos escenarios se plantean, tales como que los grupos se den algo más de tiempo para alcanzar un pacto de mayorías.
¿Cuál es el destino de los 6.000 menores?
Y con el bloqueo de la ley por la negativa parlamentaria, sigue bloqueada la situación de los 6.000 menores. Al no haberse aprobado la reforma, no se desbloquea el mecanismo que permite el reparto de los menores al resto de comunidades autónomas con mejores condiciones de acogida, y tampoco se impone la obligatoriedad de acogerles. Dos problemas que se suman y que dan a luz a un escenario evidente: los menores van a seguir en Canarias, hacinados en una región desbordada y desamparada.
¿Hasta cuándo? La reforma de la ley daba 15 días para el traslado desde que el menor es inscrito en el registro de menores no acompañados, pero al no haberse aceptado, la normativa actual no contempla plazos concretos, por lo que el desplazamiento de los menores seguirá dependiendo únicamente de la voluntad de acogida de otras comunidades autónomas.
Sin garantías de derechos y en condiciones de extrema dificultad humanitaria, que se suman, a su vez, a la complicada situación que implica ser un menor en un país extranjero y no estar acompañado de tus padres. Ese es, mientras no se apruebe el aumento de competencias estatales para garantizar los repartos, el destino de estos niños.
El estupor de Clavijo
Por otra parte, en la mañana de este miércoles, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha intervenido en el Parlamento autonómico y ha lamentado el rechazo en el Congreso de los Diputados de la modificación de la Ley de Extranjería y ha admitido que se encuentra "perplejo" ante tal desenlace.
Clavijo ha recordado que, tras reunirse con todos los grupos del Congreso, se lograron 172 apoyos a la reforma, "un notable éxito" en sus palabras, y que sirvió para "consensuar un texto que fue mejorado" y que también fue respaldado por todos los partidos que suscribieron el Pacto Migratorio en Canarias, a excepción de Vox. Tras la consecución de esos apoyos, solo faltaba que Junts y el PP dieran también el visto bueno, pero tanto los neoconvergentes como los 'populares' decidieron votar en contra por no estar del todo conformes con las condiciones del texto. En este sentido, Clavijo afea que el Gobierno central no se haya sentado a negociar para cerrar el acuerdo, por lo que "el resultado de lo que ocurrió ayer no fue que se buscase un acuerdo y que hubiese reuniones que se cursasen en un texto". Moncloa, sin embargo, defiende que sí se han producido reuniones, pero no parece haber aflorado un acuerdo de ellas.
"Estoy decepcionado. Día a día nos sentimos abandonados. No hay voluntad de sacar adelante esta reforma y se buscaba más el enfrentamiento, el encontronazo y los puntos de desencuentro que los puntos de encuentro", ha agregado Clavijo, visiblemente abrumado por la difícil situación de su autonomía.