Todo el panorama político nacional está pendiente de Junts per Catalunya y Carles Puigdemont. Los nacionalistas catalanes tienen en su mano la aritmética variable de un Congreso de los Diputados pendiente de la decisión del dirigente prófugo de la justicia, quien tiene en sus manos la opción de reeditar una mayoría parlamentaria en la Mesa del Congreso para el bloque de la izquierda o provocar que sea el PP, junto a Vox, quien tenga mando en plaza en el órgano rector de la Cámara Baja. 

Como ya hiciera el pasado lunes, Puigdemont ha vuelto a utilizar su cuenta personal de Twitter como canal para establecer las bases de Junts: "Los puntos cardinales de nuestra posición no han variado, por más presiones y correderas de última hora que haya, y algún insulto que se les descontrola. Es decir: no tenemos ninguna confianza en los partidos políticos españoles, toda precaución es poca y las promesas no nos calientan ni enfrían. La mesa del Congreso, para nosotros, no va a tener un cargo dentro, ni tampoco va de la investidura. No podemos avanzar nacionalmente a base de promesas formuladas por quien siempre las incumple, por lo que son necesarios hechos comprobables antes de comprometer ningún voto", ha sentenciado, pidiendo pruebas y compromisos irrefutables al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, antes de facilitar sus apoyos para que la legislatura eche a andar con ciertas garantías.

"Y no importa si hablamos de acuerdos para la mesa como de acuerdos de mayor calado, como sería el de la investidura. El sistema político y mediático español habla de chantaje, pero es un error que revela hasta qué punto ignoran, sea por desinterés o por soberbia, la realidad que nos ha traído hasta aquí. Es el resultado de una profunda desconfianza, basada en hechos reales, que no va a desaparecer por un acuerdo y que un desacuerdo no va a hacer más profunda", ha proseguido.

No es el primer aviso que lanza el catalán en esta semana de negociaciones a contrarreloj. La repetición electoral es un escenario plausible y el de Junts, consciente del foco mediático que gira sobre su figura y su partido tras un gran resultado en las generales del pasado 23J, está tratando de capitalizar su influencia con pactos de calado. "Afrontar una negociación a través de declaraciones públicas no es nuestra opción. Quizá por eso, a medida que se acercan días decisivos, como este próximo 17, crece el nerviosismo y sube la subasta. Y se disparan las especulaciones. Paciencia, perseverancia y perspectiva", avisaba este lunes.

No obstante, no será hasta este jueves a las 8.00 horas de la mañana cuando la dirección de Junts adopte una decisión sobre qué harán sus diputados en la sesión de constitución de las Cortes. El paradigma es el siguiente: favorecer que sea Francina Armengol, elegida por el PSOE, quien asuma la presidencia de la mesa del Congreso; que la falta de apoyos acabe propiciando que el Congreso esté presidido por alguien del PP o que finalmente sea el PNV quien se alce con este puesto tan importante y codiciado a través de un acuerdo con el PP que en Génova dicen desconocer y Aitor Esteban, portavoz de los jeltzales, se toma con humor: "Se publican muchas cosas", se ha limitado a señalar a su llegada a la Carrera de San Jerónimo este mismo miércoles, cuando los diputados y senadores del PNV han decidido recoger sus actas.

Incertidumbre hasta el último momento

Con cada partido ejerciendo presión de una forma determinada y personalista, las tiranteces empiezan a aflorar: el peso de Junts hace que ERC también se mueva, con exigencias de mayor peso a los socialistas de cara a la nueva legislatura; el tándem Coalición Canaria y PNV no gusta a EH Bildu, que recuerda que son el partido vasco con mayor representación en el Congreso; el PSOE insiste en pedir discreción y la derecha queda a expensas de cómo se acabe desenredando este puzle con cuenta atrás. 

Una de las intervenciones más esperadas de este miércoles, a 24 horas de la sesión constitutiva de las Cortes, era la de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha presidido la reunión interparlamentaria socialista a las 12.30 horas en la sala Ernerst Lluch del Congreso de los Diputados: "La involución perdió las elecciones", ha insistido en señalar el líder socialista, agradeciendo a los presentes su trabajo previo y exigiendo mirar al futuro como horizonte político del socialismo. "La derecha vive en un país muy pequeño donde no caben diferentes sensibilidades", ha proseguido, enumerando los motivos por los que el PP no gobernará España. "Andan quejándose de que no les hemos felicitado por el resultado electoral. No somos nosotros quienes ponen en duda los resultados; así que espero que cuando reeditemos un gobierno socialista no pongan en duda su legitimidad. No es la hora de presionar al Jefe del Estado ni de cábalas mágicas, es la hora de la democracia”, ha sentenciado.

Sumar, partido llamado a formar parte de un hipotético gobierno de coalición con el que se reediten las voluntades ya expresadas en 2019, insiste en apurar todas las vías de diálogo, hacer que la suma de las izquierda se imponga a la derecha y se evite cualquier atisbo de repetición electoral. Partidos como el BNG o EH Bildu insisten en esta dirección. La primera en hablar por parte del equipo de Yolanda Díaz ha sido Aina Vidal, portavoz de Sumar: "Seguimos negociando. Es importante ser discretos, que todo vaya bien y esto funcione. No negociamos en los medios de comunicación, sino en las mesas", ha ratificado. Además, Vidal se ha desecho en elogios hacia Francina Armengol, propuesta por la dirección del PSOE para presidir el Congreso: "Es una mujer inteligente, consciente y que ha estado a la altura en momentos difíciles. Lo estuvo, además, con el tema catalán y que viene de las Islas Baleares y entiende los problemas con la lengua y las distintas identidades". 

Frente a ellos, desde Vox, con un Santiago Abascal recien llegado de las vacaciones tras un verano de tormenta para la extrema derecha española -no solo por el mal resultado electoral, sino por una recomposición interna muy dura-, alertan del "peligro" que enfrenta España si son los que quieren revertir el orden constitucional quienes presumen de su capacidad de chantaje frente al "autócrata" Sánchez: "Se inicia un tiempo y una legislatura preocupante para los españoles. Los enemigos de la unidad de España presumen de su capacidad de chantaje, escenifican y se pavonean del bloqueo mientras un autócrata está dispuesto a negociar el futuro de España con un prófugo que atentó contra nuestra Constitución", ha indicado frente a los medios de comunicación este mismo miércoles.

"Vox cumplirá con su responsabilidad. Enfrentamos un gran peligro si el futuro de los españoles está en manos de quienes quieren destruir nuestra normalidad. Ya constatamos la noche electoral que apenas hay alternativas factibles a un gobierno de destrucción nacional. A pesar de ello, hemos brindado nuestro apoyo al señor Feijóo si eso sirve para recuperar la normalidad y la neutralidad de las instituciones", ha proseguido.