El PSOE no augura un buen resultado electoral de Unidas Podemos en las elecciones catalanas del próximo 14 de febrero y temen que este posible fiasco electoral se traduzca en una desestabilización del Gobierno de coalición. 

Las diferencias entre las dos formaciones vienes siendo clara en las últimas semanas. Ambas chocan a la hora de llegar a acuerdos sobre determinados temas como los desahucios, la subida en el precio de la luz o, incluso, sobre los negocios opacos del rey Juan Carlos y la Corona. Desde el principal partido del Gobierno, algunos miembros del Ejecutivo asocian estos choques con un afán de la formación morada por hacer campaña situándose (o intentando situarse) como la única izquierda. 

A pesar de las notables y crecientes discrepancias, ambas formaciones mantienen que son "partidos diferentes" y que sus diferencias sobre algunos asuntos concretos son "normales", al tratarse de dos partidos diferentes. 

Sin embargo, el miedo del PSOE crece en aumento según se acercan los comicios catalanes. El partido de Pedro Sánchez señala que un mal resultado electoral podría incrementar la disonancia entre ellos y sus socios de Gobierno. Una tónica que, mantienen, se dio en las elecciones vascas y gallegas. 

Por aquel entonces, el líder de Unidas Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, señaló que los malos resultados (en Galicia se convirtió en fuerza extraparlamentaria) se debían, principalmente, a las "las peleas internas" en el seno del Gobierno. 

Las encuestas tampoco vaticinan un buen resultado de los morados el próximo 14 de febrero. El Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat sitúan le da entre seis y ocho diputados. Por su parte, el CIS, aunque es el único barómetro que le otorgó una subid de dos puntos, situó a su candidata, Jéssica Albiach, como la segunda menos conocida por delante, únicamente, del candidato de Vox, Ignacio Garriga.

Desde Podemos niegan que las diferencias se vayan a acusar tras las elecciones. Por el contrario, instan que lo único que las fomentaria sería un gobierno entre el PSC y Ciudadanos y no uno del que formasen parte ellos, el propio PSC y Esquerra Republicana.