El mandato del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lleva más de cinco años caducado debido a la negativa del Partido Popular (PP) a renovarlo, conocedores de que la mayoría conservadora que impera en el órgano de Gobierno de los jueces podría perderse. Ante esta postura, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio un ultimátum a los de Alberto Núñez Feijóo hace dos semanas: o renovación o retirada de competencias al órgano. Este lunes, que da comienzo a la última semana del plazo dado por el PSOE, las posturas parecen haberse acercado.
En Ferraz existe esperanza de cara a logar un consenso y muestra de ello es la negativa a avanzar el estado de las negociaciones, muestra de que aún se mantienen abiertas y siguiendo el curso normal. Es más, la portavoz del PSOE, Esther Peña, ha llegado a hablar de “optimismo” en la habitual rueda de prensa celebrada desde la casa de los del puño y la rosa. Lanzada la bomba del jefe del Ejecutivo, las posiciones parecían muy separadas, pero la necesidad de acuerdo entre las grandes formaciones del bipartidismo para seguir decidiendo sobre el CGPJ pesa más por el momento.
"Lo dejo claro con tres palabras, confianza en llegar a un acuerdo, optimismo en que sea más pronto que tarde, y discreción en los contactos que se están teniendo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial y volver a la normalidad tras más de 2.000 días", ha trasladado la portavoz. Pocos días quedan para que el PSOE activase el supuesto proceso con el que los socialistas querían que la designación de los magistrados del Tribunal Supremo “más objetiva, más transparente y no politizada", reforma que se paralizaría si el acuerdo entre PP y PSOE es “una realidad” en los próximos días.
Asimismo, Peña ha hecho gala del buen punto de las negociaciones y, aunque sin revelar nada, ha asegurado mantener "intacta la confianza" en la renovación para "poder cumplir con España, con los españoles y con la Constitución". Lejos queda la semana pasada, cuando desde el Gobierno trasladaban menos optimismo y señalaban que era una mala noticia que a estas alturas todavía no se hubiese fijado una reunión entre ambas partes, pero ahora, en la recta final, admiten que se están llevando a cabo contactos hablan abiertamente de la posibilidad de alcanzar un acuerdo inminente.
Defensa de la financiación singular de las CCAA
La portavoz de los socialistas también ha aprovechado su comparecencia para defender una reforma de la financiación de las comunidades autónomas. Como hiciera horas antes el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha considerado necesario acometer las modificaciones necesarias para integrar en el sistema las “muchas” singularidades de todos los territorios, no exclusivamente de Cataluña. "El debate sobre el nuevo modelo debe integrar singularidades propias de muchas comunidades autónomas, sí, también de Cataluña. Nosotros nunca hemos renegado de esto", ha defendido Peña.
La portavoz del PSOE, Esther Peña, sostiene que el nuevo sistema de financiación autonómica debe integrar las singularidades de "muchas" comunidades autónomas, incluida Cataluña, e insiste en que hay territorios que han asumido más competencias, circunstancia que debe ser atendida por el Estado. Con todo, desde la formación mayoritaria del Gobierno aseguran estar persiguiendo un modelo que dote a las CCAA de una financiación “justa y acorde a sus necesidades”, siendo conscientes de que cada una de ellas tiene unas necesidades y peticiones específicas.
Asimismo, Peña ha trasladado que para los socialistas hay un "tronco común" que pasa por la sanidad y la educación y "posteriormente habrá que afrontar las singularidades propias de cada territorio". Es más, la portavoz socialista asegura que "no hay otra manera de afrontar esta situación". Sobre los intereses ocultos y las críticas vertidas desde la oposición y los sectores más críticos del PSOE, la portavoz ha querido dar carpetazo a este argumentario, sosteniendo que únicamente buscan alimentar el "agravio comparativo".
En consecuencia, ha asegurado que en Ferraz esperan argumentos sólidos que eviten tildar la reforma de inconstitucional, asegurando que no lo sería, y recurrir al clásico de "romper España". Para Peña, lo lógico es "esperar a tener algo tangible sobre lo que opinar" y ha remarcado que ni el PSOE ni el Gobierno han dicho nunca "nada que no sea la búsqueda de un nuevo modelo en el que todas las comunidades autónomas encuentren su singularidad reconocida y puedan afrontar una financiación justa de sus servicios públicos".