La Cumbre de la OTAN ha reforzado al Gobierno en su conjunto. Los socios de la coalición entendían que el cónclave era un momento de gran importancia para la imagen exterior de nuestro país, comprometida por un PP que auguraba que la división existente en el Consejo de Ministros acabaría pasando factura y saliendo a la luz en los corrillos de los principales líderes de la Alianza Atlántica congregados este miércoles y jueves en el recinto ferial de IFEMA. Sin embargo, y pese a que la opinión de Unidas Podemos y PSOE es conocida, el ‘pacto de la Cumbre’ sellado el pasado martes en Moncloa destensó los recelos internos y generó un clima de recíproca confianza que ha derivado en la consecución de unas jornadas sin sobresaltos notables.

De hecho, ni siquiera las críticas recibidas por los medios de comunicación han conseguido doblegar a Unidas Podemos. El pasado martes ya se pudo apreciar la primera muestra de este entendimiento, con la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, negando la posibilidad de hablar sobre las muertes en el asalto a Melilla hasta en cinco ocasiones a la ministra de Igualdad, Irene Montero, con quien la prensa se interesó especialmente por conocer su opinión. No fue la única ocasión en la que la dirigente morada tuvo que hacer malabares argumentales para no caer en la necesidad de criticar las palabras que el presiente del Gobierno, Pedro Sánchez, había pronunciado en su valoración: “Como les digo, siempre me van a tener disponible para saber mi opinión”, repitió, una y otra vez, a preguntas de los periodistas que insistían para conocer esa valoración que Montero esquivaba.

Tras tres días de perfil bajo y silencio informativo, especialmente costoso por lo sucedido en Melilla y por la contrariedad de Unidas Podemos a que la Cumbre de la OTAN se celebrase en Madrid, que se rompieron apenas unos minutos después de que el líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez, junto al secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, realizasen un balance final para dar por concluidas dos jornadas que devendrán en un incremento de presencia militar estadounidense en Europa y España, un nuevo mapa de polarización entre bloques, mayor refuerzo del presupuesto de la totalidad de los socios, una mayor importancia de los retos llegados del flanco sur, un refuerzo histórico en el flanco oriental y la preparación de un plan a 10 años para que la capacidad de disuasión esté a la vanguardia de los retos híbridos.

El motivo de la discordia no es otro que la subida del gasto en Defensa a la que Pedro Sánchez se ha comprometido con los socios de la OTAN. Es una reivindicación histórica de la organización, que pedía mayor peso individual a aquellos países, como el nuestro, que menos aportaban al conjunto de la Alianza. “Nuestra seguridad está comprometida”, ha repetido en diferentes ocasiones el propio Sánchez, pidiendo a socios y oposición que apoyen el incremento de las partidas a ocho años en un plan de Estado “necesario”. A ojos del presidente, estamos en un momento de amenaza global que exige de decisiones “valientes” y “rápidas”. Un momento para la “reflexión” que, insistentemente, y en las numerosas entrevistas en las que ha sido preguntado por la diferencia de opinión con sus socios de Gobierno, ha contestado ejemplificando la importancia del momento con el abandono de la neutralidad de países como Suecia o Finlandia, que pronto formarán parte de la OTAN después de que Turquía les levantase el veto el pasado martes.

Unidas Podemos, en contra

Este mismo jueves, la ministra de Agenda 2030 y Derechos Sociales, Ione Belarra, ha lanzado un interrogante envenenado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: “La pregunta que hay que hacerse es si se destina más dinero a la inversión militar, de dónde sale ese dinero... Siempre hemos pensado que España necesita mucho más rentas garantizadas que inversión en tanques o en armas”. "España necesita que la gente se le atienda en Atención Primaria en 24 o 48 horas, que la gente tenga especialista médico”, prosiguió, afirmando que el ofrecimiento del PP a apoyar el aumento en Defensa "solo busca romper el gobierno".

Previamente, el presidente del grupo parlamentario en el Congreso. Jaume Asens, ha asegurado que su formación no apoyará un aumento de partidas armamentísticas en los presupuestos y el titular de Consumo, Alberto Garzón, ha recordado que la confluencia ya fijó su posición sobre este asunto y la "van a mantener".

Sobre el aumento de destructores de Estados Unidos en la base naval de Rota, los morados también han mostrado su disconformidad al pacto alcanzado en la reunión bilateral que mantuvieron Pedro Sánchez y su homólogo norteamericano, Joe Biden: “No me parece una decisión pertinente", argumentó Belarra, dado que a su juicio lo que necesita Europa es "más autonomía estratégica" y "no depender de sujetos externo". El propio Asens, paralelamente, explicó que el pacto rubricado no es positivo porque supone "más militares, más destructores norteamericanos y más dependencia y sumisión a Estados Unidos".

El PSOE asume que será una negociación “dura”

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha aventurado que la negociación de los Presupuestos Generales del Estado de 2023 será “dura”. "Prepararemos unos Presupuestos que serán el primer paso para contemplar el objetivo de llegar al 2% en 2029", ha indicado, huyendo de la pregunta directa sobre la negativa de los socios al afirmar que las negociaciones siempre son complicadas con la totalidad de actores políticos del arco parlamentario.

Más duro se ha mostrado Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, al retar a Podemos lanzando la reflexión de que, si defenderse es caro, “son más caras las coaliciones que los gobiernos sin coalición”. "Tenía entendido que el acuerdo entre Podemos y PSOE pasaba por la base de que la política exterior y de defensa se dejaba en manos del PSOE, y eso hay que llevarlo hasta las últimas consecuencias", ha abundado, tildando las críticas de los socios como “populismo barato”.

La titular de Defensa, en la misma línea argumental que la defendida por el presidente del Gobierno a lo largo de la cumbre, ha pedido a Unidas Podemos que reconsidere su negativa y analice la situación “sin prejuicios”: “No es una realidad de flores y de paz, es una realidad muy dura […] "Cualquier misil que puede lanzar Rusia puede llegar a Madrid, la situación de vulnerabilidad que está viviendo el mundo entero es preocupante. Defender el incremento en defensa es defender y trabajar por la paz. Ojalá no estuviéramos en este contexto, pero estamos y hay que defenderse", ha sentenciado Robles.