El Príncipe Felipe ha vuelto a ser víctima de esa forma tan peculiar que tiene el Gobierno de Rajoy de cuidar la marca España. El avión que debía llevarle a Honduras, con motivo de la toma de posesión del nuevo presidente ha sufrido una avería en pleno vuelo. Es la segunda vez en sólo dos meses que el Heredero sufre un contratiempo de este tipo.

Ha tenido que cancelar la reunión con el presidente saliente
Al parecer, se ha tratado de “una avería menor”, pero para el Príncipe no debió ser tan pequeña, ya que se ha perdido la entrevista con el presidente saliente, Porfirio Lobo, quien se había desplazado al aeropuerto de Tegucigalpa precisamente para recibirle, según avanza El Mundo.

También se ha perdido el almuerzo con la sociedad civil hondureña
El Príncipe ha tenido que cancelar también un encuentro en la embajada con la comunidad española en Honduras y un almuerzo con la sociedad civil hondureña. Eso sí que es trabajar por la marca España.

La avería fue detectada en el aire
El avión, cuya avería fue detectada en el aire, tuvo que regresar a Santo Domingo, donde había tenido una escala técnica, para su reparación. Se llegó a temer que el Príncipe no pudiera llegar a tiempo a la toma de posesión del nuevo presidente, ya que no hay vuelos regulares directos entre Santo Domingo y Tegucigalpa, la capital de Honduras.

El segundo fallo en dos meses
Defensa ha confirmado que el fallo se debió a que el indicador del aceite de uno de los motores del avión se encendió unos 20 minutos después de despegar de Santo Domingo. Se da la circunstancia de que este mismo avión, Airbus A-310, fue el que sufrió una avería en noviembre pasado, impidió un vuelo oficial del Príncipe a Brasil.

El Príncipe reconoció que nunca le había pasado algo igual
En aquella ocasión, los técnicos de la base de Torrejón estuvieron siete horas intentando solucionar la avería en un sensor. Al final, le comunicaron al Príncipe que su viaje quedaba cancelado. Según narraron los periodistas que le iban a acompañar en el viaje, el Heredero reconoció que “nunca” le había pasado algo semejante, “y ya tengo unos añitos”, añadió.