Dos guardias civiles han sido brutalmente asesinados por narcotraficantes chulos y prepotentes y ello clama justicia y el esclarecimiento de las causas que han llevado a la muerte de estos inocentes servidores públicos.

La muerte de los inocentes me conmueve profundamente, sean estos, niños bombardeados brutalmente por ejércitos al servicio de gobiernos sanguinarios, ancianos a manos de los que deberían cuidar de ellos o servidores públicos cumpliendo su deber como es este caso y por eso estoy muy interesado es que se investiguen las causas y se tomen decisiones para evitar que se repitan.

Hace años era frecuente que guardias civiles, policías o militares fueran asesinados por ETA sin más causa que  el objetivo político que esta organización terrorista tenía; eran tantos los muertos que llegamos a insensibilizarnos, pero era raro entonces que los delincuentes "normales" los mataran salvo en las contadas operaciones a tiro limpio que se producían. Siempre me llamó la atención que los allegados de los asesinados culparan al ministro del interior de turno de las muertes porque no habían puesto medios suficientes, y es obvio que nunca se ponen los medios necesarios y prueba de ello es que mueren servidores públicos cumpliendo su deber, afortunadamente ahora muchos menos.

Si, claro, el ministro Marlaska es responsable, como ministro del Interior, de todo lo que le pase a los funcionarios a su servicio, pero no merece el encarnizamiento que contra él se estila por el hecho de ser gay, llegando a insultos homófobos que denotan la falta de categoría humana en quien los profiere. Está claro que es responsable pero hay todo un conjunto de personas que también podrían serlo, incluso que podrían ser considerados culpables, como "el cabra" que es el alias del piloto de la narcolancha, si una investigación rigurosa demostrara su cuota parte de responsabilidad, repasemos los hechos:

El temporal en el Estrecho obliga a los narcos a refugiar sus monstruosas lanchas que normalmente están fondeadas en alta mar, al abrigo de  los puertos, concretamente seis en el de Barbate. El alcalde de la localidad recibe vídeos del puerto y toma la decisión de llamar a la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz para pedir su intervención y su interlocutor le asegura que algo harán y al parecer toman la decisión de enviar por carretera una furgoneta con una lancha de goma semirrígida y seis guardias porque  las tres lanchas  de Cádiz que podrían hacer frente a esta situación estaban averiadas. Ya de noche, los guardias en su lanchita señalizada con las señales intermitentes reglamentarias  entra en el puerto y es acosada por una narcolancha rígida, mientras en la orilla espectadores indeterminados jalean a los narcos, que finalmente deciden atacar y  machacan a los guardias.

Resulta incomprensible que un mando provincial lance a sus subordinados a una operación suicida y en cumplimiento de  su deber estos obedezcan la orden que nunca debió darse y desde luego no debió de cumplirse, yo he sido funcionario y nunca la hubiera cumplido, pero los guardias civiles son formados en una disciplina ciega que les obliga a obedecer órdenes que algunas veces les cuesta la vida, pero culpar al ministro de lo sucedido me parece desproporcionado. ¿No hubiera sido más lógico un fuerte operativo por tierra y una  lancha rápida bien armada de la Marina en la bocana del puerto para impedir su salida? o simplemente esperar a tener medios adecuados.

Por otro lado, hay más responsables de este desastre, los irresponsables que apoyan el ataque a los guardias y sobre todo los que se empeñan en mantener la prohibición imposible del tráfico de drogas, como si fuera posible impedirlo, cuando  con las aprehensiones policiales solo se consigue subir su precio en el mercado. Las drogas son demandadas por adictos y las conseguirán al precio que sea y si son muy caras delinquirán para conseguirlas. El tráfico ilegal genera tal cantidad de dinero que los narcos tienen capacidad de corromper todo nuestro sistema democrático y  de hecho está demostrado que así ocurre, en España todavía poco, pero en otros sitios la corrupción es sistémica y hablamos de narcoestados, y en los pocos sitios donde parece que la represión ha tenido éxito como en El Salvador ha sido a costa de las libertades civiles. 

Como dijo hace muchos años Mario Vargas Llosa: "Con la política represiva no se combate el problema de la drogadicción y de la delincuencia social. La legalización es la única forma de acabar con el narcotráfico y ojalá esta propuesta vaya tomando forma con el tiempo. Claro que hay riesgos con la legalización, pero con la represión no se acabara nunca con el narcotráfico", "La peor de  las soluciones es agravar las penas y aumentar las fuerzas del orden que combaten el narcotráfico". 

Creo profundamente que el puritanismo que lleva a creer que todo lo que no es saludable , debe ser prohibido y perseguido es un error de consecuencias terribles y en el caso de las drogas se ve  ya con claridad meridiana, deberíamos ser inteligentes y empezar a legalizar estos consumos que  no se puede prohibir, empezando por las drogas "blandas" como están, el alcohol, el tabaco e infinidad de medicinas, y por supuesto dotando a los sistemas públicos de salud de medios para combatir su abuso, todo lo demás es un suicidio social  por hipocresía. Lo siento.