Ha tardado, pero llegó. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha eludido el incendio desatado el martes desde Castilla-La Mancha por el presidente de la Junta, Emiliano García-Page. En los pasillos del Congreso de los Diputados, antes de la sesión de control de este miércoles, la titular del ramo y número dos del PSOE ha sugerido que el barón socialista carece de “lealtad” y “respeto” al partido al expresar su sentir en público. No obstante, ha enmarcado sus declaraciones en los márgenes de su opinión personal.

“Es su opinión”. Así ha respondido la ministra de Hacienda a las preguntas que los periodistas le han trasladado tras las declaraciones de Emiliano García-Page. El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha desató el incendio el pasado martes con una cruda intervención en un acto en el municipio toledano de Ocaña. El barón socialista expresó su total oposición a la reforma del delito de malversación, asegurando que siente un profundo dolor “como español, pero también como militante” del PSOE.

Page se declaró “muy contrario” a lo pactado entre su formación y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) e incluso deslizó que el acuerdo es “grave” para la política española. “No nos tomen por tontos”, espetó el presidente de la Junta, al tiempo que lamentaba que una reforma del Código Penal se resuelva “en dos charlas de café”. El barón socialista sostuvo que “no es de izquierdas ni progresista” el apoyo a “privilegios territoriales”, como tampoco entiende como “tolerable” que se pacte con “los delincuentes su propia condena”. “No tiene vuelta. Esto es serio. Es lo que parece. ¿O es que nos equivocamos todos los españoles?”, lamentó el jefe del Ejecutivo manchego.

Moncloa responde

El Ejecutivo se ha tomado su tiempo para contestar a las soflamas del presidente manchego. El martes, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, rehuyó el asunto hasta en tres ocasiones. Eludió las preguntas de los periodistas a este respecto y se limitó a argumentar que el tema catalán ya no estaba entre las máximas preocupaciones para los españoles gracias a la “valentía” del Gobierno de Pedro Sánchez y a su capacidad para recoser el tejido de una sociedad fragmentada por el independentismo y la línea de acción de la Administración de Mariano Rajoy.

Pasadas 24 horas, María Jesús Montero sí ha entrado a valorar someramente la rebeldía de Page. La ministra de Hacienda, pese a no profundizar en el asunto con rotundidad, ha sugerido que Page carece de “lealtad” y de “respeto” a la acción del Gobierno socialista. De hecho, estas dos cualidades son las que impiden a la número dos del PSOE expresarse en público.

La ministra de Hacienda ha respondido a Page desde los pasillos del Congreso, en los prolegómenos de una sesión de control al Gobierno descafeinada – sin la plana mayor del Ejecutivo-. Montero ha resuelto que su “sentido de la lealtad y del respeto” le impiden dar públicamente su opinión y ha enmarcado las palabras del barón socialista en el sentir propio precisamente. “La opinión del señor Page es su opinión y la del señor Lambán, si la expresa, será su opinión”, ha resuelto.

Montero también ha respondido al que fuera vicepresidente del Gobierno socialista Alfonso Guerra, que censuró los pactos del Ejecutivo de Sánchez con el independentismo. “El comentario que me sugiere es que lo conozco, lo respeto y lo admiro lo suficiente como para tener una opinión muy parecida a la que tendría el señor Guerra siendo vicesecretario general”, ha sentenciado no sin envolver sus palabras con una fina capa de ironía.

La respuesta de Moncloa se ha producido también desde el Ministerio de Cultura y Deporte. El ministro del ramo, Miquel Iceta, ha rechazado los posicionamientos del presidente de Castilla-La Mancha, aunque ha expresado su “respeto” máximo por la “libertad de expresión”.

Referéndum, no

El acuerdo con ERC para reformar la rebelión reabre un viejo frente en la política española. Desde sectores independentistas han agitado la idea de que estos pactos allanan el camino hacia un futuro referéndum de autodeterminación en Cataluña. La secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, ha jugado esta baza desde las páginas del diario Ara. “El Gobierno no veía bien los indultos y también dijo que no derogaría nunca la sedición”, ha expresado.

Un mantra que ya emergió el martes en la sala de prensa de Moncloa y que el Gobierno repelió con el estadio de calma-chicha en Cataluña desde que Pedro Sánchez es presidente. “Ya no está entre las preocupaciones de los españoles”, resolvió Isabel Rodríguez ante los medios de comunicación, antes de añadir que el referéndum se sitúa fuera de los márgenes constitucionales.

El mismo argumento ha esgrimido Miquel Iceta ante la apertura de Salvador Illa a la celebración de una consulta en Cataluña. El ministro de Cultura ha resuelto que la propuesta del dirigente del PSC tiene como fin hallar una solución dentro del marco de la Constitución. “Lo que se puede hacer es lo que contemplan las leyes, pero lo que no habrá es un procedimiento fuera de esos cauces”, ha asegurado en los pasillos del Congreso.

Además, ha insistido en que no ha sido al Gobierno de Sánchez al que le han montado “referéndums ilegales, consultas y declaraciones unilaterales de independencia”. De hecho, ha resaltado que no ha existido nada de eso en estos cuatro años de legislatura y ha justificado que la labor del Ejecutivo resuelte “un problema heredado” de la Administración de Mariano Rajoy.