Leire Díez Castro ha pasado de ser una auténtica desconocida a verse obligada a reforzar el aforo de una importante sala de conferencias del Hotel Novotel de Madrid. De nada ha servido cuando ha aparecido el empresario Víctor de Aldama, quien, a la finalización de la declaración sin preguntas de la militante, ha irrumpido al grito de “sinvergüenza” en el recinto provocando estrafalarias carreras, rotura del mobiliario y un auténtico tsunami de periodistas a la carrera. 

Entre una Leire y otra han pasado apenas dos semanas, muchos audios, el sobrenombre de ‘fontanera del PSOE’ e incluso acusaciones por parte de la derecha mediática de fraude electoral desde su trabajo en Correos. 

El mismo día que se conocía que Ferraz expedientaba a esta militante, a tenor de las grabaciones en las que se la escucha hablar de acabar con agentes presuntamente relacionados con la UCO patriótica -un grupo especializado de agentes de la Guardia Civil que estarían utilizando su influencia para favorecer a la derecha de este país-, ElPlural.com conseguía contactar con Leire Díez: “Estoy muy tranquila. Este expediente me permitirá contar la verdad y demostrar que todo es una burda manipulación”. 

Una promesa para la que llegaba el momento. El escenario, alejado de Ferraz, donde este martes Díez Castro decidió solicitar su baja voluntaria después de explicar su verdad ante el procurador dispuesto por los del puño y la rosa. “En cuanto la misma sea efectiva, cualquier medida de carácter orgánico respecto a ella quedará suspendida”, explicaban fuentes socialistas a través de sus canales oficiales.

El eco público de la rueda de prensa, que finalmente ha quedado reducida a declaración memorizada y sin preguntas, era el de las grandes ocasiones. Máxima expectación para escuchar a una militante que, pese a desconocida, sabe que se ha convertido en una estrella. De hecho, Leire Díez Castro, quien se ha definido como víctima, no ha dudado en llegar 20 minutos antes, completamente sola y dejarse fotografiar dando vueltas sobre sí misma hasta por el último curioso que quisiera asomarse al Novotel de Madrid este miércoles por la mañana. 

Acabada esta sobreexposición y las vueltas de peonza de la protagonista, que bien podría haber sido una campaña publicitaria para vender un dentífrico o hacer cartelería de Vitaldent, empezaba lo importante: "Ahora ya no necesito presentarme, pero quiero decir que soy periodista y que llevo años trabajando en la creación de un libro que versa precisamente sobre las cloacas del Estado”, ha iniciado.

“Con el objetivo de contar situaciones importantes, llevo años trabajando para cumplir con la información veraz. Llevo mucho tiempo trabajando en esto, incluso antes de los escándalos que han saltado al Gobierno del PSOE, que también he abordado. Mentiría, eso sí, si dijera que al tratarse de un escándalo del partido al que pertenezco le he puesto el mismo empeño”, proseguía, decidiendo hacer de su libro -“trabajo de investigación”, según ella-, el punto sobre el que radicar esta bizarra presentación.  

“Se me ha conocido por un ruido y una grabación ilegal en un despacho. Las grabaciones fabricadas y calculadas deben ser abordadas por nuestro Estado de Derecho”, añadía, guardándose el derecho a acudir a los tribunales por la filtración de los famosos audios. 

“El secreto de las comunicaciones y de las postales telefónicas se debe respetar. Es un mandato constitucional. No obstante, solo se investigan las filtraciones del Fiscal General del Estado, pero no las que nos hacen a los demás”, proseguía, dejando de esta forma un reguero de declaraciones mezclando actualidad con su visión de los hechos. “Hasta el juez Peinado se equivoca”, ha llegado a indicar. 

“Mi trabajo es mi trabajo. En ningún momento lo he hecho en nombre de nada ni de nadie”, indicaba, alejando de esta forma al PSOE de las posibles investigaciones sobre sus operaciones. “Ayer solicité mi baja voluntaria y temporal, espero. La pedí para poder atender a todo el mundo y hablar de lo que pasó la semana pasada”, sentenciaba. Y remataba: “Quiero concluir con una cosa: ni fontanera ni cobarde”.

El terremoto Aldama

Si hasta ese momento todo era incredulidad entre los presentes, risueños por el carácter novelesco de Leire Díez, los chascarrillos se acabarían con la irrupción del comisionista Víctor de Aldama. El empresario, imputado en la causa de los hidrocarburos, ha esperado a la finalización de la declaración para acercarse a Díez e increparle a gritos de “fontanera” y “sinvergüenza”. 

“He venido para desmontar a la sinvergüenza ésta. ¿Ustedes no creen que todo es un paripé? Una señora que dice estar haciendo un trabajo de investigación y amenaza a un teniente coronel de la Guardia Civil y a un civil como a mí. Ustedes son periodistas, no dicen que a Aldama hay que callarlo sí o sí", añadía Aldama, visiblemente excitado con lo que estaba sucediendo. 

Tras el show, el empresario corrupto proseguía con su profético análisis de situación: “¿Caerá este Gobierno? Esperemos por el bien de España y de todos los españoles que así sea. A ver si el señor Feijóo hace lo que tiene que hacer y saca a este Gobierno”, indicaba. “Se van a enterar ésta, el presidente y Santos Cerdán”, amenazaba como último acto de servicio el comisionista.

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