La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, junto al portavoz en el Congreso, Alfonso Alonso. EFE



Luis Bárcenas ha pasado de ser ‘el innombrable’ a ser considerado todo un “delincuente” por el PP.  Soraya Sáenz de Santamaría ha tenido que coger el toro por los cuernos este viernes en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros dada la presión política por el cambio de estrategia del extesorero, dispuesto a llevarse por delante en su caída a Mariano Rajoy. La vicepresidente,  que, desde que en enero pasado fueran desvelados los papeles sobre la presunta contabilidad paralela del PP y los sobresueldos, se había negado a contestar a las insistentes preguntas de los periodistas, ayer sí se mostró dispuesta a responder e, incluso, mencionó el nombre de Bárcenas en varias ocasiones. Un día antes, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, llegó a tildar a Bárcenas de “delincuente” hasta tres veces, en su comparecencia ante los medios.

Preocupación en los círculos de poder del PP
Este cambio de estrategia refleja la preocupación en los círculos de poder del PP tras los nuevos pasos de Bárcenas en su ya guerra abierta contra la cúpula popular, y particularmente, contra su líder, según explica Carlos Cué en un artículo en El País.

Posiciones encontradas dentro del partido
Sáenz de Santamaría recalcó que “el presidente tiene el apoyo y la confianza de todo su equipo”. Una frase que apunta más bien a todo lo contrario, dado el empeño de la vicepresidenta. Es evidente que existe zozobra ante lo que pueda seguir contando el extesorero y exgerente del partido. El martes pasado, Esperanza Aguirre ha exigido que el PP reconozca “si ha habido corruptos” y que los “denuncie”, “con más fuerza de la que pueda emplear la Justicia”. A la presidenta del PP se le da bien pescar en río revuelto. La líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, en una entrevista con Europa Press, hecha pública este sábado, ha salido al paso de las palabras de Aguirre, que ha calificado de “oportunismo político".

Rajoy, molesto
La vicepresidenta y el resto de altos cargos populares intentan trasmitir la imagen de un Rajoy tranquilo ante la amenaza de Bárcenas. Según Sáenz de Santamaría, el presidente sigue actuando como si no ocurriera nada. Sin embargo, entre sus próximos admiten que Rajoy está más que molesto por tener que seguir lidiando con este asunto, que resquebraja su imagen no solo en España sino a nivel internacional.

La estabilidad del Gobierno, en peligro
La preocupación en Génova y La Moncloa es que esa bomba de relojería que es Bárcenas ponga en peligro la estabilidad del Gobierno, su credibilidad y su plan de reformas, ya que en lo que concierne al tema judicial están seguros de que el proceso contra el extesorero no afectará a Rajoy porque los presuntos delitos que afectarían al partido estarían prescritos.

Las explicaciones no dadas
Sáenz de Santamaría defendió ayer que el PP viene “desde el mes de enero dando explicaciones” sobre las irregularidades denunciadas por Bárcenas e, incluso, dijo que el propio presidente del Gobierno lo ha hecho en el Congreso. Lo cierto es que Rajoy ha evitado contestar sobre ello en la Cámara, donde ha omitido el nombre de su extesorero.