“Me llamo Inmaculada García, tengo 26 años y durante cuatro años fui miembro de la organización del Yunque”. Con esta frase comienza la confesión de una de las testigos que declaró el pasado 27 de marzo de 2014 en el procedimiento que enfrenta a Hazte Oír con Fernando López Luengos, el filósofo que redactó el informe (supuestamente, a petición de los obispos) en el que se vincula a la organización ultracatólica con una peligrosa sociedad secreta y paramilitar que hace del grito “¡Viva Cristo Rey!” su ‘leitmotiv.

Testimonios en el caso El Yunque
El testimonio de Inmaculada García (que se aportó previamente por escrito a la Justicia) vino a complementar el que realizó un obispo español o María Victoria Uroz -la todavía mujer de Luis Losada Pescador, exsubdirector del diario La Gaceta y expresentador del telediario de Intereconomía-.

El informe de López Luengos
Todos estos testimonios (realizados en sede judicial) coinciden a la hora de dar veracidad al informe elaborado por López Luengos, en el que se presenta a Hazte Oír como una organización “pantalla” de El Yunque que fue creada para “influir, crear opinión, inducir en las conciencias y manipular a la sociedad española”. El informe de López Luengos es durísimo y en él incluso se asegura que la sociedad “secreta y paramilitar” estaría dispuesta a “derramar sangre por el reinado de Dios”. Entre otras acusaciones, López Luengos asegura que desde Hazte Oír se espió a Rouco Varela e investigó a parroquias a través de exhaustivos informes.  Unas acusaciones que han sido negadas tajantemente por el colectivo ultracatólico.

Quién es Inmaculada García
ELPLURAL.COM ha tenido acceso al testimonio íntegro realizado por Inmaculada García. Se trata de un documento relevante pues la testigo es hija de Ignacio García-Juliá, director del Foro de la Familia (uno de los colectivos más comprometidos en su lucha contra el matrimonio homosexual o el aborto y que goza de enorme simpatía por el conjunto de los obispos españoles). Además, Ignacio García-Juliá fue uno de los miembros más relevantes de Hazte Oír en sus primeros años de existencia.

Su declaración ante la Justicia
En su declaración, Inmaculada García (quien sigue una católica activa), relata el “infierno” que supuestamente vivió cuando a partir de los 16 años de edad empezó a participar en Hazte Oír y El Yunque. Por su interés informativo, ELPLURAL.COM reproduce algunos de los pasajes de su declaración ante la Justicia más llamativos.

El momento de la captación
 “Con 16 años… “vinieron a mi casa unas amigas de mis hermanos, que habían conocido en una manifestación (…) Todas me llamaban, me mandaban mensajes para recordarme lo bien que lo habían pasado conmigo y que había que repetirlo (…) Me sentía la chica más popular y afortunada de la tierra (…) todo lo que yo decía parecía encantarles y estaban completamente de acuerdo (…) Mi vida social giraba en torno a la disponibilidad del grupo. No tenía nada fuera de ellos”.

La ceremonia de ingreso en EL Yunque
“Me metieron sola en una habitación mientras (mis amigas) preparaban algo en el salón y me dijeron que no saliera hasta que me fueran a buscar, que me pusiera la ropa que traía y que esperara rezando. Me dieron una cruz de madera y una estampa de la Virgen de Guadalupe para que rezara. Por fin me vinieron a buscar y me condujeron al salón (..) Empezó mi ceremonia de ingreso. (…) Frente a mí estaba Alicia, la maestra de ceremonias, y el ceremonial, que consistía en tres banderas, una de España. Las otras dos del Yunque, una mesa con una cruz, dos velas, uu yunque en miniatura, una serie de papeles y un bolígrafo. (…) Recuerdo perfectamente que mi primer impulso fue salir corriendo por muchas razones:  aquello era francamente raro, íbamos vestidas igual, parecía una secta, las banderas me daban miedo, el emblema del Yunque, en la bandera y el que me acababan de colgar del cuello parecía una cruz invertida; todo me invitaba a salir corriendo. Pero algo me retuvo, en mi opinión lo más nocivo, doloroso y peligroso del Yunque: allí estaban todas mis amigas. Todo mi mundo a mis 16 años, las únicas que me “querían de verdad”, que me entendían”.

El juramento y su nuevo nombre
“Juré por mi patria y por mi honor y sin reservas mentales de ninguna especie, fidelidad al Yunque (…) Me dijeron que si traicionaba al Yunque “en todos ellos encontraría al juez más severo”. Tras firmar mi juramento, me asignaron mi pseudónimo, mi nuevo nombre, por el que a partir de ese momento me conocerían todos mis compañeros y hermanos de lucha: Conchita Alcaraz”.

Estudios y castigos físicos
“Empezaba ya en serio, en serio la afiliación, en serio los informes (registros exhaustivos de nuestro entorno), el estudio, la lectura de los libros que me daban, y sólo de los libros que me daban, oración y ejercicio. Cualquier fallo o ausencia de los mínimos semanales en estos campos, suponía, castigos físicos, en el caso de las chicas, sentadillas y abdominales (…) Así transcurrieron mis 3 años largos de orgánica. Afiliando, formándome, estudiando, instruyéndome sobre cómo debía ser la buena orgánica y que debía decir, pensar y saber, cómo actuar”.

Participando en los foros de Hazte Oir
“Los miembros de las ramas juveniles, tanto femenina como masculina, estábamos obligados a participar como foristas, intervenir en los chats (Hazte Oír) y colgar mensajes de vez en cuando”.

Miembros de El Yunque
“Conocía a los miembros del Yunque que trabajan en Hazte Oír, aunque al principio no sabía muy bien quién era del Yunque y quién no, pues sólo se te proporcionaba la información “necesaria para tu santidad” y ante la duda, la Reserva mandaba no hablar con nadie”.

“Soldado apta para la lucha a base de pasar hambre, frío y sueño”
“Los cursos Preliminares duraban un fin de semana y consistían en 3 días de formación intensiva acerca del carisma del Yunque. Formación intelectual, física y psicológica. Era muy duro; buscaban curtirme como soldado apta para la lucha a base de pasar hambre, frío y sueño y estar en constante estado de alerta, de mal humor e incomunicada tres días. Me gritaban, me obligan a correr a temperaturas bajo cero de madrugada, a turnarnos en guardias toda la noche, a pelearnos entre nosotras. Alguna vez me tocó correr descalza por ser demasiado lenta. El primer día sólo nos daban de comer un huevo duro y sopa salada, no podías beber agua”.

Jefa de disciplina
“Había una jefa de disciplina, que estaba las 24 horas pegada a nosotras, gritándonos e insultándonos. Nunca en mi vida me he sentido más humillada, más frustrada ni mas indignada como en los 3 preliminares”.

Captando a otras chicas
“En tres años y medio de militancia en El Yunque afilié a muchas chicas, de las cuales han perseverado dos, Begoña y Beatriz Molina Moreno. No pasa un solo día desde que me “invitaron a irme” en enero de 2007, que no piense en las dos. Yo les hice lo que hicieron conmigo, pero yo conseguí escapar, ellas aún no”.

Su deseo
“Que nadie tenga que vivir los años de infierno que viví aún después de salir del Yunque. (Así) pensaré que por fin puedo descansar, dormir una noche entera y sentir que de verdad, finalmente, he limpiado mi conciencia y mi culpa”.

Perdón a sus padres por “utilizarles y robarles”
“Pedir perdón a mis padres (…) por las mentiras, por utilizarles, por robarles, por las lágrimas que han derramado por mí, pero sobre todo, les pido perdón por ponerme en su contra y apoyar al Yunque cuando más me necesitaban . Cuando se descubrió que el Yunque estaba detrás de Hazte Oír y culparon y echaron a mis padres”

Perdón a la sociedad y a la Iglesia
“Pido perdón a los padres, sacerdotes, profesores, compañeros, amigos y familiares a los que metí y utilicé (…) Perdón a las chicas que afilié e intenté afiliar, perdón por meteros en una secta o por intentarlo, perdón a las que os he destrozado la vida (…)  Perdón a las instituciones religiosas y parroquias sobre los que informé o en lo que intenté infiltrarme (…) a la Iglesia Católica Española por haber sido miembro del Yunque”.

Negación de Hazte Oír
Hazte Oír ha negado estar “controlada” u “operada” por El Yunque. De hecho, aseguran que “no guardan ninguna relación” con esta sociedad secreta. Exponen asimismo que sus fines no pueden ser tachados de delictivos y que nunca han estado integrados en secta o sociedad secreta alguna.