La flotilla que zarpó el pasado 31 de agosto a Gaza para llevar ayuda humanitaria a las víctimas del genocidio que Israel está perpetrando sobre el territorio se veía en la noche de este miércoles interceptada por el Ejército de Israel cuando apenas les quedaba cerca de 24 horas para llegar a su destino. Con los barcos ‘Alma’ y ‘Sirius’ como los primeros requisados por las fuerzas militares sionistas, el ejército de Benjamin Netanyahu continuó su ofensiva hasta terminar con la interceptación de 44 barcos.

Los secuestros se producían después de que, a primera hora de la mañana del miércoles, la Global Summud Flotilla denunciara un primer “ataque intimidatorio” por parte de buques del ejército de Israel, lo que obligó a que las personas que iban a bordo de la flotilla activaran los protocolos de emergencia que llevan practicando desde que emprendieron rumbo a Gaza ante la peligrosidad de la misión. Con todo ello, Israel vuelve a violar el derecho internacional al intervenir una embarcación en aguas internacionales e impedir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza.

Al hilo de la respuesta del ejército israelí, este jueves se están produciendo múltiples protestas en contra del secuestro de los voluntarios y activistas que iban a bordo de las embarcaciones de la flotilla y como condena, una vez más, al genocidio de Israel sobre Gaza. Sin embargo, lejos de unirse a estas manifestaciones y denuncia contra la masacre que comete el Estado sionista de Netanyahu sobre civiles y población inocente, desde las filas del Partido Popular no solo no han querido hacerlo sino que han mostrado una postura muy alejada de la solidaridad con quienes permanecen retenidos por el ejército israelí. 

En este sentido, las Nuevas Generaciones (NNGG) del Partido Popular (PP) se han hecho eco de un vídeo en el que se ve el momento en el que Israel detiene a la activista Greta Thunberg, que viajaba a bordo del ‘Alma’, y lo han acompañado de un mensaje que refleja la indiferencia de los populares con la masacre. “Se terminó el crucero”, han defendido. 

Ayuso, una más en el descrédito a la flotilla

Y es que el comentario de las NNGG no ha sido el único arrojado desde el ala popular hacia la flotilla y las acciones tomadas por el ejército de Netanyahu. Testigo de ello ha sido el pleno de este jueves en la Asamblea de Madrid, donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido la protagonista. 

Durante su intervención, la lideresa regional ha desprestigiado sin tapujo alguno a la flotilla refiriéndose a esta como la “asamblea de facultad flotante”. “Si creyera que Israel es un Estado genocida, no hubieran aparecido por ahí ni locos. Pero ya se han dado el baño y, a partir de ahora, subvenciones para chiringuitos, para el teatro, para el cine. Ya se han hecho su agosto y esto sigue", ha espetado la dirigente de Sol. "Y les da igual, porque en el momento en el que se está intentando alcanzar la paz y que el mundo contiene el aliento, a ver si de una vez esto para, ustedes no lo quieren, porque no quieren la paz. Y ahora están intentando reventarlo por todos los medios", ha zanjado. 

Unas palabras que no han pasado en absoluto desapercibidas por parte de la oposición. Primero ha sido la portavoz del PSOE de Madrid (PSOE-M) en la Cámara madrileña, Mar Espinar, quien ha recriminado a la lideresa regional que “para hablar de neumáticos hay que tener conocimiento” pero “para saber que matar niños está mal solo conciencia”. “¿A sueldo de quien está?”, ha preguntado. “Va a acabar creyéndose Napoleón”, ha apostillado. Asimismo, Espinar ha afeado que a la presidenta madrileña “le gustaría retroceder 50 años” con medidas como la prohibición de banderas palestinas. “En su Madrid solo hay cañitas y dinero público a cholón (…) Ha intentado hasta callar al rey, convocando a la embajada de Israel el mismo día que el rey condena un genocidio”, ha apuntado.

Por su parte, la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, se ha pronunciado también sobre la Flotilla, a bordo de la cual se encuentra la diputada del partido Jimena González aunque en su caso viaja en un navío al que le quedan todavía unos días para llegar a la zona a la que compañeros suyos han sido secuestrados.

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