El periodista Alberto Pozas, que dimitió el pasado jueves como director general de Información Nacional de Moncloa, ha estado hoy en la Audiencia Nacional para declarar como testigo en la pieza 10 del caso Tándem, que investiga la documentación que tenía en su poder José Manuel Villarejo, sobre el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Sin embargo, Pozas ha salido del juzgado como imputado. Una decisión que ha tomado el juez del caso Villarejo, Manuel García Castellón, que ha interrumpido su declaración como testigo -obligado a decir la verdad- para volver a retomarla más adelante ya como imputado -derecho a no decir la verdad ni declarar en su contra, así como a asistir ante el tribunal ayudado por un abogado-.

Pozas ha acudido hoy a testificar ante el juez del caso Villarejo, Manuel García Castellón, quien mantiene secreta la causa que investiga el robo de un móvil a una asesora del Iglesias con información del partido.

Alberto Pozaspresentó el pasado jueves su dimisión al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que fue aprobada el viernes por el Consejo de Ministros. En la carta de dimisión, Pozas aseguraba que quería tener las "manos libres" para "redimensionar" determinados asuntos y que no le utilicen contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El comisario jubilado José Manuel Villarejo, quien se encuentra en prisión provisional, declaró ante el juez que fue el director de Interviú el que le dio el pendrive con el supuesto contenido de un teléfono móvil sustraído a una ayudante del líder de Podemos, Pablo Iglesias. Pozas fue director de la ya extinta Interviú en los últimos diez años.

En un mensaje de despedida este viernes a los medios de comunicación, Pozas hace un llamamiento para que no se mezcle su nombre con la conocida "policía patriótica" que supuestamente montó el Ministerio del Interior en la etapa de Jorge Fernández Díaz para espiar a adversarios políticos y obstaculizar investigaciones sobre la financiación ilegal del PP.