El director general de Información Nacional de Moncloa, Alberto Pozas, presentó ayer su dimisión al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha sido aprobada este viernes por el Consejo de Ministros.

En la carta de dimisión, Pozas asegura que quiere tener las "manos libres" para "redimensionar" determinados asuntos y que no le utilicen contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El comisario jubilado José Manuel Villarejo, quien se encuentra en prisión provisional, declaró ante el juez que fue el director de Interviú el que le dio el pendrive con el supuesto contenido de un teléfono móvil sustraído a una ayudante del líder de Podemos, Pablo Iglesias. Pozas fue director de la ya extinta Interviú en los últimos diez años.

Por su interés informativo, reproducimos el mensaje con el que Pozas se ha despedido por WhatsApp de los periodistas que cubren la información del Gobierno en Moncloa.

"Abusando de la generosidad de Miguel Ángel (en referencia a Miguel Ángel Oliver Fernández, secretario de Estado de Comunicación), quiero comunicar a tod@s, a los amigos de siempre, a los de hace poco e incluso a los desconocidos, que ayer presenté mi dimisión y hoy ha sido aceptada.

El motivo, os lo podéis imaginar. Estoy siendo utilizado para atacar al Gobierno y al Presidente, y eso no lo puedo permitir. Encima, la situación me impide poder siquiera opinar sobre lo que está pasando.

Para los más veteranos, ya me conocéis, he estado en puestos de distinta responsabilidad, pero de los que no echaban el cierre nunca. Sin hacerme el interesante, he visto de todo, y en los últimos diez años, como director de Interviú, no os quiero ni contar.

Aunque hubo muy poco tiempo para aceptar el puesto que me ofrecían, hicimos un breve repaso de las cosas pendientes que heredaba de la dirección de Interviú, y en ningún momento fui capaz de valorar que un asunto que en otras circunstancias podría ser menor, fuera a convertirse en una especie de bomba informativa en plena campaña electoral. Pensé que conocía la política, pero he aprendido una nueva lección: con las urnas cerca, hasta el arco iris puede verse en noche cerrada.

A partir de ahora espero que pueda redimensionar el asunto que me ha atropellado. Que quienes han creído que podían mezclar mi nombre con la conocida como “policía patriótica”, vean que estaban muy equivocados, algunos a sabiendas. Y que quienes se dejan ofuscar por la tinta del calamar se den cuenta de la labor de despiste y puedan perseguir al calamar. En nuestro oficio atender señuelos conduce a la frustración.

Nada más, ha sido un placer conectar con vosotros y agradezco de nuevo la cercanía de mi jefe, Miguel Ángel, y de mis queridas directoras Carmen y Susana. Nos encontramos en el periodismo, como siempre".