El conato de rebeldía de María Guardiola, líder del Partido Popular en Extremadura, ha durado una semana. Siete días en los que la dirigente popular ha pasado de rechazar tajantemente la entrada de Vox en su hipotético gobierno por los postulados ultras que defienden los de Abascal, a mostrarse “convencida” de que habrá un acuerdo entre derecha y extrema derecha. “Vox es un partido constitucional con el que me quiero poner de acuerdo”, ha señalado Guardiola a la salida de la reunión con la presidenta de la Asamblea regional, Blanca Martín, quien ha realizado este martes una ronda de contactos con todos los grupos de la cámara extremeña.

Guardiola, que ha negado recibir ninguna “presión” por parte de la cúpula de Génova, 13, ha pegado un volantazo de 180 grados a su discurso y ha señalado que “los puentes siguen ahí”, en relación a un pacto con Vox. “He pedido respeto, no voy a consentir lo que ha pasado esta semana, utilizar mis palabras para generar odio y enfrentamiento”, ha subrayado, añadiendo que su posición siempre ha sido la de la “mano tendida” a la formación ultraderechista.

“Vamos a mantener nuestra firme condición de dar a los extremeños lo que han pedido, que no es otra cosa que un gobierno de cambio”, ha subrayado, insistiendo en que tras las elecciones del 28 de mayo alió “un mandato, y el mandato es que quieren un gobierno diferente”. Por ello, ha pedido “respeto” para que “el ruido cese” y de esa manera poder “retomar las negociaciones” con Vox. “Que nos deje unos días, estos días de esta semana, para poder retomar ese contacto con Vox porque somos el único bloque, el de centro-derecha, que podemos tener esos apoyos”, ha apostillado.

Los motivos de este abrupto cambio de decisión solo lo sabe Guardiola, aunque cada vez hay más voces que apuntan a la investidura de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, como la fecha clave en la que la líder del PP extremeño entendió que no podía ganarle la batalla a Génova. De hecho, en la comparecencia de este martes también se ha referido a este cónclave –en el que también jugó un papel fundamental Esperanza Aguirre-, aunque vagamente y limitándose a señalar que respeta “la opinión de todos los compañeros de partido” y su “libertad de opinión”. “Aunque sean contrarios a lo que yo digo, pero son opiniones enriquecedoras”, ha añadido.

El contundente discurso contra Vox que ha quedado en saco roto

En todo caso, presiones mediante o no, lo cierto es que las contundentes palabras que pronunció Guardiola el pasado 20 de junio vetando la entrada de Vox al gobierno extremeño resuenan ahora más que nunca: “No puedo dejar entrar en el Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, deshumanizan a los inmigrantes o despliegan una lona para tirar una papelera la bandera LGTBI”.

Un discurso que provocó el aplauso unánime de la gran mayoría de los votantes progresistas de este país, puesto que evidenciaba que una derecha moderada y que parara los pies a la ultraderecha era posible. Sin embargo, esta ilusión tan solo ha durado una semana. Entre medias, una brutal campaña de los medios más conservadores, que no han dudado en usar todo su poder para finalmente convencer a Guardiola de que acepta a Vox y sus ideas machistas, xenófobas y racistas en su gobierno.

Vox se crece tras el paso atrás de Guardiola

Un paso atrás de Guardiola que los ultras no han dejado pasar. En este sentido, el diputado de Vox, Ángel Pelayo Gordillo Moreno, ha expresado su disposición a escuchar las propuestas de la presidenta del PP de Extremadura sin imponer “límites” ni restricciones previas: “Vox lo que quiere es sentarse a discutir sin ningún tipo de límites, ni de limitaciones previas, ni de ideas preconcebidas acerca del bien de los extremeños, del bienestar de los extremeños y de que los extremeños tengan, insisto una vez más, el cambio que han votado en las urnas”.

Sin embargo, también ha dejado claro que impondrán sus reivindicaciones, las cuales ha tildado de “justas, sensatas, razonables y viables”, y que en ningún momento regalarán al PP la presidencia de la Junta de Extremadura. En otras palabras, que los populares tendrán que ceder consejerías y altos cargos del gobierno extremeño a los ultras, tal y como ha sucedido en la Comunidad Valenciana. “Y de una negociación saldrá, naturalmente, un acuerdo, o lo que sea", ha sentenciado Gordillo Moreno.

Se agota el tiempo para la investidura

La presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, ha dado inicio este martes a las consultas con los grupos parlamentarios para presentar al candidato o candidata a la Presidencia del Gobierno regional.

Según lo establecido en el artículo 234 del Parlamento autonómico, Martín debe proponer un candidato a presidir la Junta dentro de un plazo de 15 días desde la constitución de la Cámara, que tuvo lugar el pasado 20 de junio. En consecuencia, Martín tenía inicialmente hasta el 5 de julio para presentar un candidato, tras consultar a las presidencias o portavoces de los diferentes grupos parlamentarios.