Cacerola en mano y gritando todo tipo de descalificativos, un grupo numeroso de personas acudió a la vivienda del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. Un nuevo escrache de la derecha hacia un miembro del Ejecutivo después de repetir las protestas del lunes, aunque con menor seguimiento que el martes.

Gritos de “asesino” y “miserable” y portando cacerolas en los aledaños de la vivienda de José Luis Ábalos por segundo día consecutivo. La convocatoria fue mayor que la jornada anterior y los descalificativos e improperios se multiplicaron. De hecho, el primer día de esta semana apenas veinte personas se agolparon ante la residencia del ministro de Transportes.

El Ministerio del Interior ordenó el refuerzo de la vigilancia en los domicilios particulares de los miembros del gabinete de Pedro Sánchez para evitar “actitudes de acoso”. Sin embargo, no se pudo minimizar el escrache al ministro Ábalos, que reside en el mismo edificio que la titular de Economía, Nadia Calviño.

Acceso restringido en Galapagar

La Guardia Civil ha reforzado este martes el dispositivo de seguridad desplegado en la urbanización de Galapagar (Madrid) donde se ubica la vivienda del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, con la colocación de vallas y el acceso limitado únicamente a residentes.

La vivienda que el líder de Podemos y la ministra tienen en la urbanización La Navata de Galapagar ha sido objeto en los últimos días de las protestas contra el Gobierno por la gestión de la pandemia del coronavirus que se originaron en el barrio de Salamanca de Madrid y se han ido extendiendo por diferentes puntos del territorio nacional.

La Guardia Civil es responsable de garantizar la seguridad en el perímetro de la vivienda de Iglesias y Montero, un cometido ya asignado antes de la declaración del estado de alarma.

En los últimos días, principalmente desde el pasado fin de semana, han sido varios los vecinos que se han acercado a la zona para hacer sonar sus cacerolas y sartenes para reclamar la dimisión del Gobierno por su gestión de la crisis del Covid-19.