Echar un vistazo al último mes del Partido Popular permite observar una serie de acontecimientos que, para los que busquen respuestas, darían explicación a la bajada de popularidad de cara al voto que la formación política está experimentando en las ultimas semanas, perdiendo casi cuatro puntos en las encuestas. ¿Qué está provocando que la sólida posición que había adquirido se debilite? La situación es el resultado de una serie de fallos que los de Feijóo vienen encandenando, estando relacionados con importantes fallos de gestión, afirmaciones poco acertadas que llevan a cuestionar su ética y que se hayan conocido novedades sobre asuntos de tal relevancia como la DANA y que la información que ha salido a la luz no les beneficie, precisamente.
Miedo en la población: los resultados de los cribados del cáncer de mama no llegan
Los titulares que han copado los populares en el último mes no han sido especialmente positivos para esta formación. Entre ellos, ha habido varios que han destacado de manera notoria, como el escándalo de los cribados del cáncer de mama en Andalucía, donde al menos 2.000 mujeres no han recibido los resultados de sus pruebas diagnósticas. Para muchas de las afectadas, estas comunicaciones se están demorando por más de uno o dos años provocando que la enfermedad avance en los casos que hayan dado positivo pero todavía no lo saben. Ante esto, los vecinos y vecinas de esta comunidad autónoma viven en un momento de intranquilidad, tanto en lo referido a estos cribados de cáncer de mama como por el temor están sintiendo por si esta situación pudiera estar dándose en otro tipo de afecciones, como parece suceder según algunos testimonios.
Este caos que se está viviendo en Andalucía ha alimentado enormemente la irritación de sus vecinos, siendo una gota más en un vaso ya colmado para muchos que vienen denunciando el deterioro que está sufriendo desde hace años, con el Gobierno de Moreno Bonilla, el sistema sanitario andaluz. Sin embargo, esta circunstancia relacionada con el cáncer de mama no se habría dado solo en región del sur de España, sino que también se ha podido conocer que, en Valencia, el Ejecutivo de Carlos Mazón hizo 12.000 pruebas en su primer año.
Almeida, Vox y el falso síndrome post aborto
Parece que haya pasado más tiempo, por la velocidad a la que surgen las noticias y lo rápido que se olvidan a veces los acontecimientos, pero el Congreso Nacional del PP fue hace solo dos meses. En aquella cita, donde fue reelegido como líder, Núñez Feijóo logró esquivar la cuestión del aborto, algo que le resultó beneficioso ante lo cercano del recuerdo de la polémica surgida en Castilla y León, donde el Gobierno autonómico de Partido Popular y Vox pusieron en marcha una iniciativa con la que pretendían que se obligara a las mujeres que tenían intención de abortar a escuchar el latido del feto. En el Congreso de su partido el político gallego logró sortear abordar el aborto y, previamente, cuando estalló este tema en tierras castellanoleonesas, había llegado a afirmar con rotundidad que "en ningún lugar donde gobierne el PP se puede coaccionar a una mujer durante su embarazo... Ningún médico, y mucho menos un político, puede interferir en este contexto”.
No obstante, la posición de Feijóo a veces no es tan sólida como aparenta y siempre termina por encontrar a versos libres, los cuales suelen proceder de Madrid. Airoso salió del Congreso del PP en relación al aborto, pero José Luis Martínez Almeida, alcalde de la capital española, lo volvió a poner sobre la mesa al apoyar a principios de octubre una propuesta presentada por Vox al Ayuntamiento, con la cual se buscaba condicionar las decisiones de las mujeres que desean interrumpir su embarazo obligando a los profesionales de Madrid Salud, el Samur Social y los trabajadores sociales municipales a trasladarles una información de escasa base sanitaria y poca credibilidad en relación al proceso y sus consecuencias. Todo ello acompañado de una campaña informativa que se extenderá a través de webs oficiales, carteles y folletos.
Concretamente, se justificaban en el "síndrome post aborto". Este concepto que sacaron para poner en marcha esta medida no tardó en provocar gran revuelo, al no disponer de base científica y obligar a los sanitarios a trasladar a las mujeres que desean abortar que hacerlo les dejaría unas consecuencias, las cuales son falsas, que derivarían en afrontar grandes posibilidades de padecer “depresión, un profundo sentimiento de culpa, aislamiento, alcoholismo, anorexia y bulimia”.
Almeida rectificó ante la oleada de críticas surgidas por este asunto. Sin embargo, Isabel Díaz Ayuso tomó el relevo negándose a trasladar el listado de médicos objetores de conciencia a la hora de practicar abortos y llegó a decir que quien quiera interrumpir su embarazo en Madrid que se fuera a otra parte.
Las supuestas llamadas entre Feijóo y Mazón el día de la DANA no existieron
Se conocía hace escasos días, el líder del Partido Popular no decía la verdad cuando afirmó que Mazón le tuvo informado en tiempo real sobre cómo transcurrían los hechos el día de la DANA. En un suceso trágico que sigue lleno de huecos de información que deben ser llenados, Núñez Feijóo aseguró haber estado al tanto de manera constante sobre lo que ocurría a través de Carlos Mazón. No obstante, según El Plural pudo constatar al acceder al listado de llamadas del presidente de la Generalitat Valenciana, la primera comunicación entre Mazón y Feijóo fue a las 21:27, y luego otra a las 21:31 horas, lejos de lo que implicaría estar “informando en directo” desde el inicio del desastre.
La mentira de Miguel Ángel Rodríguez y la justificación de Génova: "No es delito"
Miguel Ángel Rodríguez, uno de los rostros más conocidos y polémicos del PP, quien es jefe de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso, paso por el Tribunal Supremo a principios de octubre para declarar ante el juez Ángel Hurtado. Lo hacía como parte del caso en el que se investiga al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, por un supuesto caso de revelación de secretos que afecta a la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador.
En aquel paso por el banquillo de la justicia, Rodríguez declaró como testigo por los mensajes que difundió en redes sociales sobre la asunción de culpabilidad del novio de Ayuso, quien, como él mismo reconocía, habría defraudado hasta 350.000 euros. Así, en sus redes sociales, Rodríguez afirmaba que González Amador no había podido responder a la propuesta del falso ofrecimiento de acuerdo porque “la misma Fiscalía dice que ha recibido órdenes ‘de arriba’ para que no haya acuerdo y, entonces, vayan a juicio”. En el tribunal, el jefe de gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid reconocía haber mentido al no trasladar hechos que dispongan de una base sólida: “Quiero decir que llevo muchos años en este ámbito y puedo intuir, colegir, adivinar qué está pasando en el mundo político, sobre todo con un órgano tan respetable como el ministerio fiscal, que está jerarquizado y colegiado. De ahí nace esta afirmación. No tengo una información concreta”.
Estas fueron unas palabras que llevaron a la abogada del Estado a preguntarle de nuevo si entonces se trataba de “una suposición” que hacía él mismo, a lo cual Rodríguez respondía que “sí”. La noticia de que MAR, como suele ser conocido también, reconocía haber mentido despertó polémica; sin embargo, el mayor revuelo lo generó Génova, que lejos de condenar la forma de actuar del jefe de gabinete de Ayuso, lo defendían afirmando que "mentir no es ilegal".
El Partido Popular, sus políticos y la dificultad para decir "genocidio"
A todo lo expuesto anteriormente se suma que durante estas últimas semanas, cuando cada vez se estaban dando más condenas al genocidio que Israel está perpetrando sobre la población de Gaza y el Gobierno de España anunciaba medidas con las que tratar de presionar a Netanyahu para frenar la sangría, desde el Partido Popular se adquiría una fría posición en la que, incluso, se llegaba a contradecir la postura que adquirían algunos varones del partido afirmando que "solo un tribunal internacional puede determinar si lo que ocurre en Gaza es genocidio", tal y como declaraba el coordinador general del PP, Elías Bendodo.
"Genocidio" ha sido la palabra más complicada de pronunciar para los populares, no solo no diciéndola sino también negando que este se esté dando, como llegó a hacer Almeida. La barbarie que se está presenciando en la Franja de Gaza ha provocado una enorme irritación social y la posición adquirida por el PP en relación a este asunto, sumado a todos estos hechos mencionados, han lastrado su posición en las encuestas de intención de voto.
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