Diez meses después del último encuentro bilateral, y una vez superada la crisis de Pegasus, la mesa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña se reactiva este mismo miércoles y lo hace con previsión de cerrar acuerdos. El escenario será el Palacio de la Moncloa, aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe del Ejecutivo catalán, Pere Aragonès, no serán los actores protagonistas. De fondo, la “desjudicialización” del conflicto.

A la cita entre administraciones le precede la visita de Aragonès al Palacio de la Moncloa a mediados de este mes de julio. Sánchez y su homólogo catalán conversaron sobre el desarrollo y despliegue de los fondos europeos en la región, tal y como indicó con posterioridad la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, por lo que se esperan anuncios que orbiten sobre este asunto.  

Este mismo martes, Rodríguez detalló que Moncloa y Generalitat ultimaban los últimos flecos del acuerdo para este encuentro, un pacto que cerraron el ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, en conjunción con su homóloga catalana, Laura Vilagrà. Fuentes gubernamentales apuntaron que también están implicados en el acuerdo otros departamentos.

Primera reunión de la mesa tras Pegasus

La cumbre bilateral se celebrará tras una etapa de tensión entre el Gobierno central y la Generalitat. El escándalo de las escuchas a líderes independentistas con el programa Pegasus congeló las relaciones con Aragonès y amenazó con la ruptura de todos los puentes construidos hasta ese momento. Las tiranteces entre administraciones devinieron en la retirada del apoyo parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a la coalición, lo cual condujo hasta la destitución de Paz Esteban, a la sazón directora de un cuestionado Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Ninguno de los interlocutores ha hecho público, ni tan siquiera adelantado, los asuntos a tratar en la cita. No obstante, se prevé que la “desjudicialización” del conflicto catalán, sin ahondar en las aristas que beban de este concepto, sea uno de los ejes sobre los que pivoten las negociaciones. En suma, no se descarta que se discuta sobre principios vinculados a la salvaguarda del catalán.

Del preludio protagonizado por Bolaños y Vilagrà derivó una suerte de pacto para avanzar en la “desjudicialización del conflicto político”, pues el Govern considera este punto una suerte de garantía frente al escándalo Pegasus. Esto es, una protección total y absoluta de los derechos fundamentales, la privacidad y la libertad “política e ideológica”.

El delito de sedición como materia troncal

Vilagrà ya deslizó que en los próximos meses se abriría una “agenda antirrepresiva” que conduciría a la inclusión de medidas concretas y retoques legislativos, como lo es la reforma del delito de sedición. La delegación catalana entiende este como un eje central en aras del entendimiento entre administraciones.

Por su parte, el Ejecutivo de Sánchez ha preparado el terreno para enmendar esta figura jurídica, aunque no dan los números para acometerla. Actualmente, la coalición no dispone de los apoyos parlamentarios necesarios para afrontar su renovación. Este mismo martes, la ministra portavoz insistió en la “dificultad” que entrañaría una reforma del Código Penal para, a la postre, modificar el delito de sedición.

Rodríguez, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, valoró “positivamente” que España se acercara a modificaciones de otros países de su entorno en lo relativo al delito de sedición. Sin embargo, acotó que en Moncloa son plenamente “conscientes” de la aritmética parlamentaria.

Tercera reunión bilateral

La de este miércoles será la tercera cumbre bilateral entre Gobierno y Generalitat, la segunda desde el advenimiento de Aragonès. La primera de ellas se celebró en 2020, en Madrid, cuando la titularidad del Ejecutivo catalán recaía sobre Quim Torra.

En esta ocasión, a diferencia del segundo encuentro concertado, ni Aragonès ni Sánchez se sentarán en la mesa. Tampoco lo harán los emisarios de Junts, cuya dirección da por amortizada las reuniones con el Gobierno Central y sus exigencias se centran en la apertura de una nueva etapa que culmine en una “negociación real” con el Estado.

Bolaños será el capitán de la delegación del Ejecutivo central, al que flanquearán la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, y la titular de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez.

Por su parte, Laura Vilagrà se pondrá al frente de la representación catalan. Roger Torrent, conseller de Empresa; el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, y la responsable del área de Cultura, Natàlia Garriga, completarán la delegación del Govern. Tras la reunión, Bolaños comparecerá ante los medios de comunicación desde la sala de prensa de Moncloa.