El Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid permitió con sus votos a favor que saliera adelante la proposición de Vox por la que se exigía la obligatoriedad de informar de “manera verbal y escrita, permanente y visible” a las mujeres que van a abortar sobre el ‘síndrome post-aborto’, un síndrome no reconocido por la ciencia, en los centros de atención al público en Madrid. Y este miércoles, Génova ha avalado esta decisión del PP de José Luis Martínez-Almeida señalando que “la información nunca es un problema”.

En concreto, en el Pleno del Ayuntamiento se aprobó este martes la propuesta de Vox apoyada por el PP de Madrid por la que los centros de atención pública de Madrid deberán informar de manera obligatoria a las mujeres que la interrupción voluntaria del embarazo puede causarles, entre otros efectos, “depresión, un profundo sentimiento de culpa, aislamiento, alcoholismo y drogadicción o trastornos alimentarios”. Un síndrome que tildan de ‘post-aborto’ pero que no respalda ningún estudio científico ni ningún profesional de la salud mental, que, en cambio, apuntan a que las consecuencias negativas de salud mental son mayores para aquellos embarazos no deseados que terminan en parto.

Pese a ello, comprando una vez más el relato de la ultraderecha, desde el PP nacional, la portavoz parlamentaria, Ester Muñoz, ha respaldado al alcalde madrileño y ha apuntado que la “información nunca es un problema”. En el mismo sentido, ha afirmado que “quien tiene que explicarlo es quien esté en contra de que las mujeres estén informadas”.

Además, Muñoz se ha quejado de que este asunto aprobado en el pleno del Ayuntamiento de la capital, con el rechazo de la oposición, “es una nueva ardilla lanzada por el Gobierno para que no se hable de sus problemas de corrupción”.

La proposición de Vox que acepta el PP

La proposición de Vox, alineada con los colectivos antiabortistas, señalaba que el cuadro clínico del ‘síndrome post-aborto’ incluye síntomas como depresión, ansiedad, culpabilidad, alteraciones del sueño, aislamiento social, trastornos de la conducta alimentaria, ataques de pánico, consumo de alcohol y drogas, afectación de la conducta sexual, flashbacks, pensamientos suicidas y tentativas de suicidio, hemorragias internas o aumento de cánceres en el aparato reproductivo femenino.

Sin embargo, numerosos estudios científicos se oponen, y no respaldan, a la existencia de un patrón de síntomas universal tras un aborto y señalan que las consecuencias negativas de salud mental son mayores para aquellos embarazos no deseados que terminan en un parto.

Así, ni la ciencia ni la comunidad profesional de la salud mental, como el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, respaldan el síndrome post-aborto como un diagnóstico médico reconocido.

En el Pleno, José Fernández, delegado del área de Gobierno de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, señaló que “deben ponerse en marcha medidas que favorezcan la natalidad” y que “el Partido Popular es el partido que piensa que el aborto siempre es un fracaso y hay que buscar alternativas”.

El popular, admitiendo que el aborto es un derecho en la actual legislación y que el PP es el partido “a favor de la vida”, señalaba que éste no es “un derecho fundamental”, comprando otra vez el discurso de Vox. “No es un derecho fundamental, señores de la izquierda, es más, no está recogido en la Convención de Derechos Humanos. Nosotros no vamos a aceptar lecciones ni de la izquierda ni de Vox”, dijo.

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