La vuelta de las vacaciones en Madrid se sigue complicando ante la continuada falta de medios suficientes para abastecer la demanda de transporte público, sobre todo durante en la franja de las mañanas. Las obras que se están llevando a cabo en algunas de las líneas de metro, así como una frecuencia en los autobuses complementarios que se está evidenciando escasa, están provocando que cada jornada se sucedan imágenes de extensas colas en las marquesinas así como personas que vean pasar vagones sino poder montarse ante la cantidad de personas que ya hay en su interior.
Una sobrecarga del servicio que, lejos de encontrar el planteamiento de partidas económicas extraordinarias para poder aumentar la frecuencia o vehículos que se ofrecen al ciudadano, o buscar métodos con los que facilitar el tránsito en las horas puntas del día, se están hallando soluciones que durante años han llamado enormemente la atención por parecer una locura al encontrarlas en televisión o redes sociales, al ver cómo lograban en países como Japón que las puertas de los trenes pudieran cerrarse ante la gran cantidad de personas que se montaban en los trenes. Así, Madrid para tratar esta compleja situación está recurriendo a los bautizados como "empujadores", que hacen referencia a aquellos encargados de que empujar -aunque en su mayoría invitan a entrar- a quienes tratan de subirse a un tren ante la práctica imposibilidad de estas personas para encontrar hueco, lo que implica que las afueras estén completamente llenas, imposibilitando muchas veces incluso caminar.
Si bien la contratación de estos trabajadores -que la CAM explica que son “técnicos o jefes de línea entre cuyas funciones se encuentra ésta"- ha despertado una oleada de críticas por lo que muchos consideran que supone una degradación a la gente que se desplaza en metro, no es el único desmán que se incluye en una larga lista de despropósitos en lo que a transporte se refiere.
De hecho, a las imágenes que se podían ver en las redes sociales denunciando las largas colas, los retrasos para poder llegar a los puestos de trabajo o centros educativos, y la imposibilidad de subirse a vagones o autobuses ante el número de personas que viajan en ellos, se suman ahora las fotos y vídeos que se toman para mostrar las curiosas acciones que se están tomando para tratar de agilizar el transporte urbano. "Os preguntaréis qué hacen cuatro personas de Metro de Madrid a las 8 de la mañana en un andén de la línea 5. Pues son trabajadores que se dedican a empujar para que todo el mundo quepa en el metro, como si estuviésemos en Tokio, en Hong Kong o en Shanghai. Porque en algunas líneas del Metro de Madrid estamos llegando a unos niveles por las mañanas que es impresionante. Frecuencia de metros cada cinco minutos en hora punta y aquí nadie hace nada. Ni el ayuntamiento ni la comunidad es una auténtica vergüenza que vayamos como sardinas en lata cada mañana a trabajar, pagando como pagamos por el transporte público", denunciaba un usuario.
Qué más tiene que pasar para que esto cambie. Que se muera otra persona por un ataque de ansiedad o un ataque de calor como este verano en la línea 9
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