Pero las relaciones oscuras de Gadafi con España no se limitan a este esperpéntico proyecto. Antes, en 1978, Alejandro Rojas Marcos, líder del Partido Andalucista Andaluz (PSA), posteriormente denominado Partido Andalucista (PA), fue sorprendido por un turista sevillano en el aeropuerto de Trípoli. La prensa no perdió el tiempo y quiso relacionar la financiación del PSA con la revolución Libia y con el pasado musulmán andalusí. Y más tarde, ya en los años ochenta, cuando Libia fue bloqueada y bombardeada por Estados Unidos en un conflicto en el que Libia era acusada de impulsar y propagar el terrorismo internacional, el conflicto sorprendió allí a miembros del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).

De Meer, según el CESID, viajó a Libia a buscar dinero… e ideología
Pero volvamos a la intentona golpista. Hay que remontarse a a 1986. Ese año el coronel Carlos de Meer viajó a Libia para entrevistarse con el coronel Muamar al Gadafi. El militar español, según un informe del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), dijo al líder libio que pretendía dar un golpe de estado en España. Por esta razón se le abrió una causa por delito de conspiración a la rebelión militar, que fue archivada por la Audiencia Nacional. Un mes después de que se diera carpetazo a aquella causa,  de Meer fue juzgado en la Capitanía General de Sevilla por abandono de residencia. En el desarrollo del consejo de guerra, celebrado en 1987, se reconstruyó el viaje al país árabe y los fines del mismo.

Un informe del CESID aseguraba que De Meer se había entrevistado el 17 de enero de 1986 en un hotel con el embajador libio, Saed Esmaiel, y los ultraderechistas José Antonio Assiego y Enrique Moreno, a los que comunicó su intención de viajar a Libia y de constituir un grupo político de carácter africanista, así como de incrementar su acercamiento con los países árabes.

La idea era empezar con un periódico y acabar en una democracia orgánica
Según el mismo informe del CESID,  de Meer propuso a Gadafi no solo la creación de un periódico ultraderechista sino su intención de dar un golpe de estado e instaurar en España una democracia orgánica, en la que no tuvieran cabida los partidos políticos y donde la política exterior encontraría su eje en la ruptura diplomática con Israel y con los países de lo que entonces se llamaba Comunidad Económica Europea (CEE). Al parecer, siempre según el mismo informe del CESID, Gadafi prometió a De Meer una importante cantidad de dinero para la realización de su empresa.

A petición del fiscal se dio lectura también a una entrevista realizada por la cadena SER con Carlos de Meer mientras éste estaba recluido en la prisión de Alcalá de Henares. El coronel señalaba en ella que Gadafi era un hombre inteligente, jefe de un pueblo de pastores en el que ETA jamás se había entrenado, sino que, muy al contrario, Francia era el santuario de esta organización terrorista. Al mismo tiempo, advirtió sobre la similitud de contenido del Libro Verde del líder libio con la doctrina de José Antonio Primo de Rivera.

El coronel de Meer negó incluso haber viajado a Libia
Durante la vista, el fiscal militar, coronel Carlos Rodríguez de Mesa, pidió siete meses de cárcel para de Meer, al que incapaz de demostrar su presencia en Libia, acusó del delito de abandono de residencia. Por su parte,  el abogado defensor, el hoy presidente del Sevilla C.F., José María del Nido, después de recordar que aquel consejo militar no tenía capacidad jurídica para conocer del delito de conspiración militar, concluyó negando incluso que el militar hubiera viajado a Libia. Ni las autoridades militares, ni el CESID fueron capaces de aportar el pasaporte del coronel de Meer con el visado de entrada en Libia, lo que hubiera demostrado su presencia en aquel país.

En cuanto a los vuelos, en las fechas en las que acusaba la fiscalía militar a de Meer de haber estado en Libia con Gadafi, algunos testigos pudieron situarle en un vuelo de Air France, pero las listas de la compañía sólo recogían la presencia  el día 27 de un tal Carlos regresando desde Trípoli. Del Nido, que intervino en último lugar, aseguró que el tal Carlos que volvió de Trípoli el día 27 podía ser Carlos de Meer… o el mismo fiscal militar, de nombre también Carlos.

De Meer acusó a TVE y los diarios de lanzar una campaña contra él
En su alocución final, Carlos de Meer señaló que su pasaporte estaba limpio de visado y que era cierto que se lo habían devuelto a su hija en una bolsa de basura. Denunció que había sido víctima de una maquinación de “insidias e injurias y de una campaña de calumnias en TVE y que se había deteriorado su prestigio personal al ser acusado públicamente de “traidor y conspirador” por el ministro de Defensa, Narcís Serra.

Finalizada la vista del juicio, Carlos de Meer también tuvo palabras de condena para los medios de comunicación, a los que acusó de haberse volcado contra él, a excepción, como era de prever, del diario ultraderechista El Alcázar, que supo defenderlo en todo momento. Hace unos días, cuando Gadafi anunció que entraría en Bengasi como Franco lo hizo en Madrid en 1939, posiblemente recordó aquella entrevista en Trípoli con el coronel Carlos de Meer cuando ambos soñaban en saltar de África a España para imponer una democracia orgánica.