Toques de corneta en el Partido Popular. La estrategia de seducción de Junts no termina de cuajar. Al menos no en todas las estructuras de la formación conservadora. Madrid, a través de Isabel Díaz Ayuso, ya dejó claro que con los de Carles Puigdemont no iría ni a comprar el pan; aunque desde su entorno matizaron que no tiene opinión sobre el giro de la dirección nacional porque “no es su responsabilidad”. A la voz de la baronesa conservadora se le une ahora Alejandro Fernández. El líder del PP catalán ha abogado por arrebatarle al expresident catalán la llave de la política española porque “es material tóxico y radioactivo”, aunque sí que respalda cerrar acuerdos puntuales con los neoconvergentes.

Así de contundente se ha expresado el dirigente de los populares catalanes en una entrevista concedida a Europa Press. Al ser preguntado por la proposición no de ley que Junts registró en el Congreso de los Diputados para instar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se someta a una cuestión de confianza, Alejandro Fernández no tuvo remilgos en corregir el rumbo de la dirección nacional de su partido, ahora abierta a llegar a acuerdos con un partido que hará unos meses debía ser “ilegalizado”. “Es un partido claramente antiespañol que quiere destruir la democracia”, expresó el barón conservador.

Fernández entiende que la deriva que tomó Junts desde su concepción les invalida como soporte de un gobierno. De hecho, insinúa que nada ha cambiado en sus postulados, máxime si aún permanece el expresident de Cataluña al frente del partido, aunque no esté en el organigrama. Por ello, concluye que “hay que quitarles la llave de la política española”. “No dársela, hay que quitársela”, abunda el presidente de los conservadores catalanes.

¿Acuerdos con Junts?

El líder del PP catalán no se moja sobre la posición que debería adoptar su partido en lo que respecta a la cuestión de confianza planteada por Junts. Desliza que él no tiene competencias para decidir el sentido del voto del Grupo Parlamentario en el Congreso, pero sí ha aludido a su experiencia personal con el líder de Junts. “Todo el mundo que se ha acercado a Carles Puigdemont ha salido trasquilado, porque es un producto altamente tóxico y radioactivo, y creo que no haberme acercado nunca a él no me ha venido mal”, deslizaba Fernández con cierta picardía.  

La posición tan marcada de Fernández, sin embargo, se flexibiliza en materia de acuerdos puntuales en Madrid. El conservador catalán no ve mal que haya cierta aproximación a los neoconvergentes, siempre y cuando no sirva para condicionar una acción de gobierno concreta. Ha marcado la diferencia entre una vía y otra poniendo el paquete fiscal como principal ejemplo. “Si es para bajar un impuesto a la ciudadanía, pues que se sumen si quieren”, resumió. En cambio, el acuerdo a largo plazo con Junts se antojaría imposible para Fernández, que insiste en la descripción de Puigdemont como “material tóxico” porque todo el “que se ha acercado a él ha salido quemado”.

Coherencia interna

Precisamente el acercamiento a Junts podría devengar en consecuencias altamente peligrosas para Alberto Núñez Feijóo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya lo avanzó en conversación informal con los periodistas en la Copa de Navidad de Moncloa. El líder del Ejecutivo descartaba la opción de que conservadores y neoconvergentes retomaran relaciones de antaño porque abriría en canal al PP en términos internos. De hecho, Isabel Díaz Ayuso ya verbalizó su descontento implícitamente. Marcó el camino al líder de la oposición al indicar que con el nacionalismo no iría ni a la vuelta de la esquina, aunque desde su entorno aseguran en privado que no es su responsabilidad y que carece de opinión al respecto.

No es así, sin embargo, para Alejandro Fernández, que resalta la cohesión interna en el aparato popular a pesar de las críticas por el acercamiento a los neoconvergentes en Madrid. Cuando los resultados son positivos, los “problemas internos son menores”, que para el líder del PP catalán es lo que ocurre en su formación. Además, ha respaldado la dirección de Alberto Núñez Feijóo, destacando la “máxima sintonía” con la séptima planta de Génova. En este sentido, ha manifestado su “orgullo” de formar parte de una fuerza política donde “se puede discrepar sin que te expulsen como pasó en el PSOE”. “No tengo ningún miedo”, remachó el dirigente catalán.