No ha sido la bajada de impuestos la que ha forzado la caída de Liz Truss. Este es el punto del que parten los argumentarios de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y de Vox. Tanto la popular como los ultraderechistas han hecho equilibrismos para desvincular los planes fiscales, que aproximaron a Reino Unido al abismo, de la dimisión de la ya ex primera ministra británica. De hecho, tanto la lideresa regional como el portavoz ultraderechista en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, han diagnosticado que el fracaso de ésta se debe a que la bajada de impuestos no ha ido acompasada por una “reducción del gasto público”.

La presidenta de la Comunidad de Madrid no sería ajena a la dimisión de Liz Truss como primera ministra del Reino Unido. La baronesa conservadora se sirvió de la torie como ejemplo de Gobierno que apuesta por recortes fiscales para las grandes fortunas. Una alabanza que se le volvería en contra Ayuso cuando el país coqueteó con el colapso, escenario que ha forzado la apertura de un nuevo periodo de sede vacante en el Partido Conservador británico.

Por esto mismo ha sido interrogada Ayuso a su llegada a un acto en el IES San Mateo de Madrid. La dirigente, a pesar del tuit, ha defendido que nunca brindó su apoyo ni se pronunció sobre el Gobierno saliente del Reino Unido. Lo cierto es que, abiertamente, no deslizó ninguna de estas palabras, pero en su comentario subyace una vinculación a los postulados de la ex primera ministra.

Así las cosas, la líder del Ejecutivo regional ha enarbolado la bandera de las “políticas fiscales a la baja” porque, a su juicio, han “demostrado” que son “positivas” y facilitan la “inversión, la creación de empleo y una mayor recaudación”. Acto seguido, ha utilizado como ejemplo a Portugal y, por supuesto, a la comunidad que gobierna, dado que ambas administraciones siguen políticas de este calibre “desde hace 18 años”.

Sin embargo, al esbozar unas pinceladas de lo ocurrido en Reino Unido, Ayuso ha optado por desviar el tiro de las bajadas de impuestos a las grandes fortunas. Concretamente, ha diagnosticado que el problema no es en su totalidad de las reducciones impositivas, sino de que a éstas se les ha provisto de un “aumento del gasto público”. “Esto es lo que ha hecho que no le cuadren bien las cuentas”, justifica la presidenta madrileña.

No obstante, Ayuso ha subrayado que los predecesores de Liz Truss sí acometieron bajadas de impuestos que funcionaron. “Tanto es así que había reclutado mucha inversión y muchas empresas”, destacó la jefa del Ejecutivo regional, quien abogó por introducir estas políticas fiscales “con cautela”, situando de ejemplo a su propia administración. “Hay que ir poco a poco, de manera sucesiva y paulatina y no de golpe”, ha explicado.

Vox, de la mano con Ayuso

En la misma línea se han movido desde Vox. El portavoz ultraderechista en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, ha deslizado este viernes que la dimisión de Truss se explica en base a la “reducción del gasto público”. El dirigente de Vox entiende que la política británica es “difícilmente sondeable”, aunque no ha dudado en desvincular su dimisión de su reforma fiscal.

Así, Espinosa de los Monteros ha justificado que bajar impuestos supone “una necesidad” en los países en los que la “presión fiscal es muy elevada”, aunque cree que “hacerlo sin más normalmente lleva al déficit”. El dirigente de Vox apuesta por recortar “estructuralmente” partidas que implican un “gasto redundante e innecesario”. “Eso es lo que ha causado un enorme revuelo y lo que ha acabado con la primera ministra”, ha rematado.