El Pleno del Congreso de los Diputados votará este jueves por segunda vez la senda de estabilidad presupuestaria del Gobierno, que contempla un déficit del 1,8% para 2019 y que ya fue rechazada el pasado mes de julio, si bien podría salir adelante con el respaldo de PSOE, Podemos, ERC, PDeCAT, PNV y Compromís. No obstante, si se aprueba, el PP la rechazará el 27 de diciembre en el Senado, donde ostenta mayoría absoluta.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, defenderá a las 09:00 horas de la mañana la misma senda del déficit que ya tumbó el Congreso en julio por falta de apoyos parlamentarios, y que establece un margen presupuestario de casi 6.000 millones de euros para el año que viene, al contemplar un déficit del 1,8% del PIB, cinco décimas más del actualmente en vigor.

El debate y votación de estos objetivos es la antesala de la aprobación del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2019, que el Gobierno prevé aprobar en Consejo de Ministros y remitir al Congreso el próximo mes de enero.

El Congreso rechazó el pasado 27 de julio la senda con 137 votos en contra de PP, Cs, UPN, Bildu, Foro Asturias y Coalición Canaria, frente a los 88 votos a favor de PSOE y PNV, y la abstención de 86 diputados de Unidos Podemos, Compromís, ERC y PDeCAT.

La senda del Gobierno contempla un déficit del 1,8% para 2019, cinco décimas más que el objetivo actual de Mariano Rajoy, con un margen de casi 6.000 millones que flexibiliza una décima la meta para el Estado (0,4%), en dos para la Seguridad Social (1,1%) y en otras dos a las comunidades autónomas (0,3%). Para 2019, establece un déficit del 1,1% y cuatro décimas en 2021 -todo para la Seguridad Social-, frente a los objetivos actuales del Gobierno del PP de tres décimas y superávit, respectivamente.

Montero ya avanzó que el Gobierno presentará el proyecto de PGE para 2019 con la senda del Gobierno de Mariano Rajoy, y que a posteriori actualizará los objetivos a lo largo del próximo año una vez se apruebe la reforma de la Ley de Estabilidad que elimina el veto del Senado a dicha senda.

Podemos y nacionalistas vascos y catalanes

Para intentar sacar adelante de nuevo los objetivos de déficit, el Gobierno cuenta con los votos del PNV, que ya los apoyó en julio, y de Unidos Podemos, con el que ha alcanzado un acuerdo de Presupuestos, así como los de Compromis. Sin embargo, no son suficientes para superar el rechazo del PP y Ciudadanos.

Así, Montero necesita también los votos de ERC y PDeCAT, que mantienen la puerta abierta a apoyar la senda de déficit. Pese a tratarse de un asunto que cada formación decida en una discusión interna de cada partido, reconocen que el sentido de voto de ambos irá en consecuencia de lo que decida el otro. De hecho, todo apunta a que al menos PDeCAT dará su 'sí' a la senda, según han señalado a Europa Press fuentes de este partido.

Desde esta formación ven con buenos ojos la flexibilidad de los objetivos de estabilidad, con dos décimas (2.500 millones) de relajación del objetivo para las comunidades autónomas, si bien rebaja esta votación a "un acto estrictamente simbólico" del Gobierno, ya que aun aprobándose en el Congreso, el Senado, donde el PP cuenta con mayoría absoluta, va a tumbarlos. ERC, que se ha mostrado más cauto, recuerda el inicio del juicio del referéndum de 1 de octubre de 2017 y los "ánimos caldeados" que detectan en la sociedad catalana ante la reunión del Consejo de Ministros en Barcelona este viernes.

En caso de que los dos partidos catalanes den finalmente su apoyo a la senda de déficit, los objetivos se debatirían el 27 de diciembre por la tarde en el Pleno de la Cámara Alta, donde previsiblemente serán rechazados por el PP, ya que ostenta mayoría absoluta en el Senado.

El Senado sigue teniendo la última palabra

Con la actual Ley de estabilidad presupuestaria, la senda de déficit que apruebe el Gobierno debe contar con el visto bueno tanto del Congreso como del Senado, un aspecto en el cual justificaron su rechazo muchos de los grupos de la oposición el pasado mes de julio.

Tras ello, el Gobierno pactó modificar esta ley y el PSOE y varios grupos más registraron una ley para cambiar la Ley de Estabilidad y que el Congreso, en una nueva votación, pudiera levantar un eventual veto del Senado, tal y como hace en otras leyes.

Con el ánimo de no llevar al Congreso unos nuevos objetivos hasta aprobar esta modificación de la Ley de Estabilidad, y así poder contar con un mayor margen de déficit en sus cuentas de 2019, el Gobierno justificó el retraso de sus Presupuestos, que debería haber llevado al Congreso antes del 30 de septiembre.

Y es que, ante la falta de unas nuevas cuentas, deberá prorrogar antes del 1 de enero las de 2018, aprobadas por el Gobierno de Mariano Rajoy días antes de la moción de censura y que entraron en vigor ya con Pedro Sánchez en La Moncloa.

Sin embargo, la mayoría en la Mesa del Congreso de PP y Ciudadanos hace que estas formaciones, contrarias a la modificación, tengan en su mano seguir prorrogando los plazos para presentar enmiendas. Tras superar dos debates en el Pleno, esta iniciativa se encuentra a la espera de recibir sus enmiendas al articulado.