El entorno en el que Eva Cárdenas, mujer de Alberto Núñez Feijóo, tiene su chalet en la playa de O Con, en Moaña (Pontevedra) arrastra polémica, no solo por esta vivienda, sino también por otro que se encuentra en el mismo entorno.

La historia de este segundo inmueble encuentra su origen hace unos años, cuando en 2017, el actual líder del PP y entonces presidente de la Xunta de Galicia construyó una casa en la parroquia de Meira, en la misma localidad.

En aquel momento, tal y como cuenta esta semana Infobae, el político gallego tuvo que ceder más de 90 metros cuadrados de terreno público, una franja de 30 metros de largo y de 3 de ancho para ampliar la carretera, según sentencia judicial. Ahora, la Justicia obliga a su derribo.

Ese mismo año presentó un informe de la Dirección General de Ordenación del Territorio y Urbanismo del Ejecutivo gallego que apoyaba lo que suponía una excepción recogida -según defendió la Xunta- en el artículo 2.b del Decreto 211/2007, el cual concede a los expresidentes el “derecho vitalicio a medidas de seguridad adecuadas”. En ese momento, el ahora líder nacional del PP era presidente y no había dejado el cargo, por lo que no se encontraba amparado en este apartado legal.

Pese a todo, el consistorio autorizó la construcción del muro, eso sí, con varias condiciones como que la autorización no podía transferirse a terceros o que la Policía estaba obligada a certificar periódicamente que ese muro ese necesario. También que si ya no existía motivación de seguridad, el muro se tenía que derribar y el espacio público recuperarse.

"No hay interés público que lo justifique"

En 2021, un año antes de dar el salto definitivo a Génova, Feijóo vendió el la vivienda dejando claro que la persona que la comprase tenía que hacerse cargo de cualquier obligación sobre el muro; y dos meses después el Ayuntamiento de Moaña notificó que el ladrillo debía tirarse por no cumplir con la normativa urbanística, lo mismo que después pasaría con el espacio de dominio público marítimo terrestre que ocupa el inmueble de su mujer a orillas de la playa de O Con.

La sentencia se asemeja a la forma en la que el Estado se expresa sobre la propiedad de Cárdenas en Moaña: que se encuentra en un sitio de “público para uso privado”. “No hay interés público que lo justifique”, rezaba el documento. El juez sí defendió, sin embargo, que el objetivo de Feijóo pasaba por mantener la seguridad, pero no así el del nuevo propietario, un alto ejecutivo de una multinacional.

El escrito alegaba que en este nuevo caso debía “prevalecer el interés público en la liberación del espacio viario ocupado, frente al interés particular del actor en disponer de un jardín más amplio”. Y evidenciaba que “nada le obligaba a comprar la vivienda si no satisfacía sus necesidades de seguridad”. De nada sirvieron las alegaciones del nuevo propietario.

La vivienda de Eva Cárdenas

En lo que respecta a la vivienda de la también responsable de la inmobiliaria Niebla Azul, Costas rechazaba hace unos meses el recurso de la propietaria para poder seguir disfrutando de la zona de terreno público que colinda con su chalet en el arenal.

La resolución se amparaba en que aquella zona se declaró de dominio público en 2007 y que nunca formó parte de la finca correspondiente de un chalet que se localiza a escasos centímetros del mar, tal y como pudo comprobar de primera mano este medio de comunicación. Por ello, Cárdenas no tiene derecho a la concesión de treinta años que había solicitado previamente.

“Dentro de ese muro se encuentra esta franja de dominio público que ahora Costas inicia un expediente de recuperación posesoria”, señalaba en plena pugna la alcaldesa de la localidad, Leticia Santos, en declaraciones a ElPlural.com.

“Nosotros lo que ponemos de manifiesto es que nuestro ayuntamiento entiende que debe prevalecer el interés público y debe recuperarse el dominio público por múltiples cuestiones, entre otras cosas porque esa es una zona de difícil acceso, que con la marea alta solo tendría la posibilidad de rescatarse en caso de necesidad en zona de rocas o de la costa a través del mar, porque el muro impide el paso de una parte de dominio público a otra por tierra”, apostillaba la edil primera antes de la decisión del Estado.

La mujer de Feijóo adquirió la propiedad en 2019;. Mientras tanto, la zona dispone de un muro que ocupa 210 metros cuadrados que deberían pertenecer a la ciudadanía pero que, sin embargo, todavía disfruta a título privado la esposa del presidente del principal partido de la oposición.

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