Los españoles estamos dando la talla ante una situación extrema e inédita. Unos en primera línea de la emergencia, otros desde casa, como fórmula esforzada de luchar contra la epidemia. Frente a tal determinación, en el Congreso de los Diputados los políticos del PP y de Vox demostraron este Jueves Santo habitar en un universo paralelo, anclado en la época en que José María Aznar aspiraba a ser presidente del Gobierno y que tenía como gran argumento el “váyase señor González,” dirigido al entonces Presidente, que ahora retoman con entusiasmo Pablo Casado y Santiago Abascal en relación a Pedro Sánchez.

Pocas veces la oposición ha sido más insolidaria no ya con un Gobierno que intenta afrontar una de las peores crisis que ha atravesado este país, sino con los ciudadanos. La fórmula reiterativa que suele aplicar Casado al comienzo de sus intervenciones, “no es momento este de pedir responsabilidades…” para a continuación entrar a degüello, no tiene sentido ni lugar en una situación en la que ya han muerto en nuestro país 15.000 personas y sufren o han sufrido una enfermedad terrible más de 150.000.

Pedro Sánchez dio explicaciones sobre las acciones del Gobierno y solicitó de los grupos políticos que apoyen la ampliación del estado de alarma y tres decretos económicos para paliar la crisis: 200.000 millones de euros de los cuales se han utilizado algo más de la mitad.

Tanto Pablo Casado como Santiago Abascal hicieron todo lo posible para ganar electores aprovechando la retransmisión en directo. Resumieron su postura en el apoyo del PP “para salvar vidas,” pero con el añadido, no “para arruinar España,” y en la negativa de Vox a apoyar las propuestas del Ejecutivo pasando de la situación. No querían, dijeron, ser cómplices de la negligencia y los delirios totalitarios de Pablo Iglesias.

Abascal acabaría así votando en común con los independentistas más radicales de la CUP que anunciarían poco después su propia negativa. Ya se sabe que la política hace extraños compañeros de cama.

En cuanto al anuncio de Sánchez de celebrar una reunión la próxima semana con partidos, presidentes autonómicos, sindicatos y organizaciones empresariales, para buscar un pacto común que permita abordar la reconstrucción de la economía tras la pandemia. Tanto PP como Vox manifestaron su desacuerdo. El perro del hortelano, como se sabe, ni comía ni permitía que otros comieran.

Se equivoca esta antigua y roqueña oposición que no sabe ajustarse a los tiempos que corren y se enclava en un modo político desfasado y fuera de la realidad. No creo que desde su confinamiento los ciudadanos españoles aplaudan el tono agresivo de sus señorías de la derecha y la ultraderecha, ni mucho menos su falta de soluciones eficaces frente al rechazo frontal que manifiestan. Casado y Abascal deberían darse cuenta de que los ciudadanos tienen todo el sentido de Estado que a ellos les falta.