El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, ha respondido con firmeza a las nuevas amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha insinuado que podría imponer aranceles comerciales a España por no destinar el 5 % del PIB a gasto en defensa, como exige a sus aliados de la OTAN.

Antes de la sesión de control al Gobierno, López ha recordado que “Trump debe saber a estas alturas que no se pueden imponer aranceles a España porque las relaciones comerciales las tiene el conjunto de la Unión Europea y no país por país”. El portavoz socialista ha subrayado que España cumple sobradamente sus compromisos con la Alianza Atlántica y ha defendido que el país “invierte el 2,1 % del PIB en defensa, una cifra ratificada por la propia OTAN”. “Somos uno de los países que tiene más misiones humanitarias desplegadas en el mundo”, añadió el dirigente socialista, en alusión al papel de España en operaciones internacionales.

Trump amenaza con “castigar” a España por su gasto militar

Las declaraciones del líder republicano tuvieron lugar el martes, durante una rueda de prensa conjunta con el presidente argentino, Javier Milei, en la Casa Blanca. En tono desafiante, Trump calificó de “increíblemente irrespetuosa” la actitud de España hacia la OTAN y aseguró que estaba “pensando en castigarlos comercialmente con aranceles por lo que hicieron”.

El presidente estadounidense reprochó a Madrid que no haya incrementado su gasto en defensa hasta el 5 % del PIB y sugirió que su Gobierno podría actuar de forma unilateral: “Podría hacerlo”, advirtió. Según Trump, España “se beneficia de la protección de la OTAN sin pagar lo que le corresponde”, un argumento que ya había esgrimido en su primer mandato para presionar a los socios europeos.

No es la primera vez que el magnate apunta directamente contra España. En los últimos meses, ha reiterado que los países que no cumplan con sus “obligaciones” financieras deberían “asumir las consecuencias”, insinuando incluso su posible expulsión de la Alianza Atlántica, algo que los tratados de la OTAN no contemplan.

El Gobierno español resta importancia a las amenazas

Desde Moncloa, el Ejecutivo ha tratado de rebajar la tensión. Fuentes del Gobierno consultadas subrayan que las palabras del presidente estadounidense se produjeron en un contexto “informal” y “sin implicaciones diplomáticas reales”. Además, recuerdan que la relación bilateral entre España y Estados Unidos se mantiene estable y constructiva.

Como ejemplo, citan la reciente cumbre en Egipto sobre el acuerdo de paz entre Israel y Hamás, en la que ambos países participaron junto a otros líderes internacionales. “España estuvo representada al máximo nivel, en un acto de gran trascendencia global”, apuntan las mismas fuentes.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha insistido en que España es un “aliado fiable” dentro de la OTAN y ha descartado que las palabras de Trump puedan tener efectos concretos. “No hay nada que justifique una amenaza comercial”, afirmó.

La reacción no ha llegado solo desde el PSOE. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, también ha comentado las amenazas del presidente estadounidense desde los pasillos del Congreso. “Trump juega al caos”, afirmó, asegurando que su comportamiento responde a una estrategia deliberada. “Un día habla muy bien y al otro muy mal de un país. Es lo que le funciona”, añadió Rufián, en alusión a la volatilidad del discurso del líder republicano.

Europa, escudo frente a los aranceles

En el plano jurídico, la advertencia de Trump carece de base legal real. España no puede ser objeto de aranceles de forma individual, ya que la política comercial común es una competencia exclusiva de la Unión Europea, tal y como recoge el artículo 3 del Tratado de Funcionamiento de la UE. Esto significa que las relaciones comerciales con terceros países —incluido Estados Unidos— se gestionan de forma conjunta por Bruselas, y no por los Estados miembros de manera independiente.

Por tanto, cualquier intento de Washington de imponer graves restricciones comerciales o aranceles específicos contra España sería interpretado como una medida contra el conjunto de la Unión, y activaría la respuesta inmediata de las instituciones comunitarias. En la práctica, la Comisión Europea dispone de instrumentos para responder de forma simétrica: desde contramedidas arancelarias a negociaciones bilaterales en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Durante su anterior mandato, Trump ya impuso tasas al acero, el aluminio y el aceite de oliva europeos, en el marco de la llamada guerra comercial transatlántica iniciada en 2018. Aquella decisión, que afectó a productos emblemáticos de países como España, Francia o Alemania, provocó pérdidas millonarias al sector agroalimentario europeo y obligó a Bruselas a reaccionar con represalias equivalentes sobre productos estadounidenses como las motocicletas Harley-Davidson o el bourbon de Kentucky.

Analistas europeos advierten de que el nuevo órdago de Trump podría ser una reedición de aquella estrategia, esta vez con un componente político más marcado. En otras palabras, Trump estaría utilizando los aranceles como un instrumento de coerción geopolítica, vinculando el gasto militar con el comercio.

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