El grupo Ribera Salud se encuentra en el ojo del huracán. Esta empresa era la encargada de la gestión del hospital público de Torrejón de Ardoz cuyo CEO es Pablo Gallart. La polémica llegó este miércoles cuando El País publicó el audio en el que el CEO ordenaba subir las listas de espera para tener mayor beneficio económico. Posteriormente, se publicó que se había despedido a cuatro directivos que se opusieron a la orden, ya que consideraban que éstas vulneraban los derechos de los pacientes y suponían una “mala praxis”.
Toco comenzó cuando el pasado 25 de septiembre en una reunión organizada por Pablo Gallart comunicó a más de una veintena de directivos sus órdenes de atrasar y rechazar a pacientes para ganar más dinero. Ante esta situación, Pilar Navarro, la gerente del hospital por ese entonces, llevó a cabo el 22 de octubre una denuncia interna en la web de la gestora para avisar de las prácticas que se estaban planteando. Casualmente a los dos días de realizar la denuncia Navarro fue despedida.
Más tarde, el 26 de octubre, otros tres miembros de la directiva de grupo realizaron otra denuncia en el mismo canal. Esta denuncia estaba firmada por Carlos Catalán, el director médico del grupo, María Josefa Soriano, la directora de enfermería y José David Zafrilla, el director de calidad y experiencia del paciente. De ese mismo modo, siguiendo el patrón de Navarro, al día siguiente, los tres fueron despedidos.
En las denuncias presentadas por los cuatro directivos figuraba cómo estos solicitaban que se llevara a cabo una investigación interna para destapar los incumplimientos de compromisos adquiridos con la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que es la encargada del contrato de Ribera como gestora del hospital.
Como ha informado El País, el grupo sanitario se ha pronunciado ante los despidos y han asegurado que estos no fueron a causa de una reprimenda por sus denuncias. De la misma forma, el portavoz ha señalado que acciones como “cambios en los puestos de responsabilidad” lo son frecuentes en este tipo de organizaciones.
Los despidos de los directivos se han hecho púbicos poco después de que saliera a la luz que el CEO implicado en los audios, se ha apartado voluntariamente de Ribera Salud y de la gestión del centro médico. Los audios revelaban el escándalo que envolvía a la gestora y mostraban cómo Gallart manifestó que la empresa se debía iterar para lograr un EBITDA — beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones— de cuatro o cinco millones, ya que, en palabras del CEO, existe una relación “directa” entre las listas de espera y los resultados financieros.
En la reunión de septiembre y en las siguientes, Gallart pidió definir qué intervenciones debían mantenerse para optimizar los beneficios. La organización puede definir la actividad que ofrece y, al establecer la lista de espera, también fija los gastos y el beneficio esperado. El CEO señalaba que, así como en el pasado se incrementó la plantilla para reducir los tiempos de espera, ahora resultaría igualmente viable proceder en sentido inverso. Añadía que podrían considerarse actividades menos prioritarias, especialmente en relación con los pacientes “no cápita”, y destacaba la capacidad de adaptación e innovación del equipo ante estos cambios.
Este caso ha encendido la mecha y despertado las críticas hacia el modelo de concesión sanitaria que la gestora llevo a cabo bajo el nombre de modelo Alzira, que comenzó en la Comunidad Valenciana y en la Comunidad de Madrid se ha extendido bajo los gobiernos del PP. A pesar de que la Comunidad de Madrid aportó económicamente con fondos adicionales, 32,7 millones para reestructurar la deuda del hospital según figura, Gallart siguió manteniendo que la financiación del hospital era insuficiente. La Administración regional afirma que el Hospital de Torrejón funciona bien y busca mejorar continuamente.