María Dolores de Cospedal ha echado balones fuera. Ella no tiene nada que ver, ni sabía, del asunto de las donaciones que llegaban al partido. Eso fue siempre cosa de los tesoreros. Tampoco tuvo nada que ver en cómo se gestionó la salida de Luis Bárcenas. Eso fue cosa del propio Mariano Rajoy y de Javier Arenas. Dos horas y media después de iniciar su comparecencia ante el juez Ruz, este ‘lavado de manos’ es lo que ha dejado la secretaria general del PP como grandes titulares.

La indemnización en diferido, cosa de Rajoy y Arenas
En cuanto al acuerdo para la salida de Bárcenas del partido tras su imputación por la trama Gürtel, lo que ella misma calificó de “indemnización en diferido”, según fuentes judiciales presentes en el testimonio, Cospedal ha responsabilizado del acuerdo a Mariano Rajoy y a Javier Arenas. Según ha declarado al juez, habría sido durante la tan publicitada reunión de estos dos dirigentes con el extesorero y su esposa, Rosalía Iglesias, cuando se habría negociado ese ‘finiquito’ tan particular y que, según se ha demostrado mediante la publicación de las nóminas de Bárcenas, dos años después de supuestamente haber sido despedido, el extesorero seguía cobrando nómina y cotización a la Seguridad Social del PP.

Preguntada por la existencia de estas nóminas, al parecer, Cospedal ha dicho que las desconocía. Eso sí, no ha negado que su relación con Bárcenas era mala e inexistentes sus contactos desde 2009. También ha desmentido “taxativamente” según fuetnes presentes en la testificación, haber recibido las acusaciones que hizo Bárcenas ante el propio Ruz de que le había entregado 95.000 euros en billetes de 500 en 2009 y 2010.

Los cobros, cosa de los extesoreros
En cuanto a la financiación del partido, como sus antecesores secretarios generales Cascos y Arenas hicieron también este martes ante Ruz, Cospedal ha asegurado que no existe una contabilidad B en el PP y se ha exonerado de cualquier conocimiento de cómo se llevaban los cobros de donaciones en su partido. Esa responsabilidad la ha cargado sobre los extesoreros Álvaro Lapuerta y el propio Luis Bárcenas.

Lo que en principio parecía que podría ser el mayor problema para Cospedal en su declaración, el recibí que Bárcenas aportó al juez por un presunto cobro en 2007 de una comisión del PP de Castilla-La Mancha para la campaña electoral que habría entregado Sacyr a cambio de quedarse con una contrata del Ayuntamiento de Toledo, lo ha solventado sin mayores problemas ‘gracias’ al propio juez. Y es que Ruz le ha impedido a los abogados de las partes personadas que le preguntaran sobre ello, ya que, ha dicho, había diligencias sobre este asunto que aún deben practicarse.