Cuando fue Cifuentes y Aguirre fueron imputadas en el caso Púnica, Isabel Díaz Ayuso quiso poner un muro de separación con las exlideresas. “Mi vínculo con Aguirre y con Cifuentes fue como el de cualquier militante”, señalaba. Este lunes, en el día en que la expresidenta de la Comunidad de Madrid rompía su silencio, reconocía que la actual jefa del Ejecutivo madrileño “era como mi hermana pequeña”.

Tras sortear los obstáculos de su reciente imputación, las polémicas sobre las cremas y el máster, Cifuentes valoró algunos aspectos de la actualidad, como por ejemplo el desempeño – corto de momento – de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid.

Cifuentes se refería a Ayuso como “una persona a la que tengo gran cariño”. Ha asegurado que, pese a estas declaraciones, “era una hermana pequeña para mí”. No ha querido entrar en polémicas y ha solicitado a Ana Rosa Quintana que las preguntas sobre las declaraciones de Ayuso se las debería trasladar a ella.

No sé en qué contexto dijo eso, pero no me parece bien opinar sobre esas palabras”, reconocía Cristina Cifuentes. “Yo la sigo teniendo mucho respeto y siempre intenté aconsejarla de la mejor manera posible. Siempre le di confianza y le permití crecer”, sentencia. “Le deseo lo mejor”, zanja.

Dardo a Garrido

También fue preguntado por el que fue su sucesor directo, Ángel Garrido. El actual miembro de Ciudadanos tomó las riendas del Gobierno regional cuando Cifuentes presentó su dimisión y anunció su marcha de la política. El expresidente de la Comunidad, según su predecesora, no actuó de buenas maneras con su fichaje por Ciudadanos.

Tiene derecho a cambiar de opinión y de partido”, reconocía una Cristina Cifuentes que le ha afeado las formas que adoptó. “No me pareció bien la manera en que lo hizo. Creo que lo tendría que haber hecho de otra manera”, espeta. No obstante, la expresidenta considera que Garrido tiene “todo el derecho” a abandonar el Partido Popular si cree que este “ha dejado el centro político”.

España Suma, una mala idea

También ha sido preguntada por el anhelo de Casado de agrupar a todas las derechas bajo unas mismas siglas. El proyecto de España Suma no cuenta con el beneplácito de Cristina Cifuentes. La exlíder de los populares madrileños considera que es una fórmula óptima para determinados territorios, como “Navarra, País Vasco o Cataluña”.

“Creo que es un planteamiento que busca volver a un bipartidismo forzado porque supone aglutinar a los partidos que hay a la derecha del PSOE”, describe. No obstante, ha pedido al Partido Popular que asuma la pérdida de votos y de la confianza por parte del electorado. A los conservadores, según Cifuentes, les conviene “recuperar su identidad ideológica”.