Desde la declaración unilateral de independencia, proclamada por unos instantes en el Parlament, en Octubre de 2017, han pasado más de tres años. Muchos de sus protagonistas siguen sufriendo cárcel o un destierro que ha dejado de ser voluntario, y aquel sueño dorado ha tenido un coste económico y social considerable. Pero sin que nadie se haya visto obligado a ignorar  un futuro con otra geografía territorial, el escenario ha cambiado y mucho.

El razonable papel asumido por el viejo partido Esquerra Republicana, en el que militó el inolvidable Josep Tarradellas, así como el actual Gobierno de coalición encabezado por Pedro Sánchez, han abierto una vía de entendimiento por donde transitar sin que ni unos ni otros tengan que enzarzarse en una lucha desigual con resultados ya conocidos.

Si en el reciente pacto para la formación del nuevo Govern entre ERC y Junts ya se insinuaba la necesidad de descartar vías ilegales (llamadas unilaterales) para alcanzar algún día remoto la independencia de Cataluña, se indicaba que el camino a reproducir podría ser el legal referéndum escocés, pactado entre Edimburgo y Dowing street.

La carta escrita entre rejas por el presidente de ERC, Oriol Junqueras, que este lunes publicó el diario ARA, supone la renuncia en voz alta a utilizar vías unilaterales, es decir ilegales, para cualquier empeño secesionista, y afirma además que los indultos  pueden ser útiles para aliviar la tensión actual. Junqueras reconoce que una parte de la sociedad catalana no entendió como legítimo el pronunciamiento independentista. A todo esto, Junts y la CUP han reaccionado afirmando que no renuncian a la declaración unilateral, mientras el  PP mantiene su rechazo al diálogo y continúa la recogida de firmas contra los indultos.

Que ha llegado la hora de cicatrizar heridas también se hizo evidente este lunes, cuando el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Presidente del Govern, Pere Aragonès, coincidían en Barcelona en un acto en la sede de la asociación empresarial Foment del Treball, por sus 250 años de vida. En la celebración fue condecorado el editor de La Vanguardia, conde de Godó. El presidente de Foment, Josep Sánchez-Llibre invitó  a ambos presidentes a que “no se cansen de dialogar”, y unas horas antes, en TVE-1, había reconocido que las relaciones entre ambos ejecutivos no habían sido óptimas.

Sánchez y Aragonés tienen previsto reunirse este mes como paso previo hacia el reencuentro, en una dinámica de diálogo que en nada recuerda a los silencios mantenidos por Mariano Rajoy Brey. Entonces, el diálogo fue inexistente aunque los contrarios tampoco en nada facilitaron el entendimiento. Unos optaron por prescindir de la legalidad y otros por judicializar sin paliativos

Al fondo de estas nuevas imágenes están los posibles indultos a los políticos en prisión por su participación en el procès, con el ruido de la derecha y la ultraderecha para enconar las relaciones. En todo caso, los indepedentistas desean una amnistía, que está totalmente descartada.

Pero Pedro Sánchez en Foment recogió el guante: “No serán las posturas maximalistas las que nos hagan recobrar la convivencia perdida. Nos jugamos el futuro que vendrá del reencuentro y solo se alcanzará con argumentos que nos hablen del camino que tenemos por delante juntos”.