El Premio Nobel de la Paz es un galardón que ha tenido un apellido frecuente a lo largo de los años: el de polémico. Aunque muchas elecciones han sido justas y han puesto de manifiesto verdaderos esfuerzos por el equilibrio de fuerzas en el globo, otras han puesto en tela de juicio el prestigio del galardón al premiar a perfiles que, durante sus mandatos políticos, han sido responsables de dolor en otros lugares donde la luz de su diplomacia no brillaba tanto como los impactos de las bombas. Para el premiado de 2025, algunos nombres se han ido erigiendo a lo largo de los meses: el de Donald Trump, apoyado por líderes internacionales de su cuerda ideológica, pero que se ha diluido tras sus acciones de apoyo al genocidio palestino y por su política exterior generalmente agresiva y confrontativa durante su segundo mandato, o el de Pedro Sánchez, que ha surgido más recientemente por haberse convertido en la punta de lanza de la denuncia del genocidio palestino en la Unión Europea. España, en este sentido, ha marcado la pauta a otras naciones que han seguido sus pasos para condenar la barbarie acometida en la Franja de Gaza.

Sánchez, así, comienza a posicionarse en un buen punto de partida para engrosar una lista en la que ya están Nelson Mandela, Frederik De Klerk, Yasir Arafat Mijail Gorbachov, entre otros nombres. La oposición se empeña en demonizar la gestión del presidente del Gobierno y en posicionarse en su contra en una cuestión que ya cuenta con un consenso social mayoritario en el mundo y que está siendo considerada por la propia ONU y otras asociaciones como un genocidio, pero fuera de nuestras fronteras, el reconocimiento a la labor de Sánchez está siendo cada vez mayor. Cada vez más países se hacen eco y replican la postura firme del Ejecutivo español ante las atrocidades israelíes. En Francia, de hecho, Sánchez se ha convertido en tendencia en redes sociales por esta cuestión.

 

Por su parte, el ministro español de Política Territorial y Memoria Democrática, el socialista Ángel Víctor Torres, ha elogiado la labor de Sánchez en este asunto. "Ha demostrado liderazgo internacional en la defensa del diálogo, la cooperación y la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos", ha defendido, razones por las que, a su juicio, se posiciona como un activista de primera línea en defensa de los derechos humanos más fundamentales.


"La mayoría de españoles le aplaude y reconoce su capacidad de tender puentes", ha destacado Torres, que también ha señalado su papel de mediador en crisis internacionales y su decidida apuesta por el multilateralismo para resolver otros conflictos recientes, como la guerra de Ucrania.

El elegido para este galardón, que rara vez deja contento a todo el mundo, se anunciará en las primeras semanas del próximo octubre en Oslo por el Comité Noruego del Nobel y la ceremonia de entrega se llevará a cabo también en la capital de Noruega el 10 de diciembre en el Ayuntamiento de Oslo.

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