Tras conocerse los mensajes intercambiados entre quien fuera capitán de la UCO, Juan Vicente Bonilla, actual gerente de Seguridad del Servicio Madrileño de Salud, y un confidente de la Guardia Civil donde amenaza al Gobierno y a su presidente, Pedro Sánchez, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le ha bastado el primer acto institucional posterior a la publicación de los chats para entregarse a la Guardia Civil.
Coincidiendo con un acto del Partido Popular celebrado este domingo en el Parque Berlín, en el que han hecho balance de la mitad de la legislatura, la lideresa regional ha plasmado su respaldo a la Guardia Civil asegurando que “no tiene por qué” soportar a un Gobierno que “no conoce límites” y que “no soporta que cada funcionario haga su trabajo”, a la vez que se ha referido a esta como una de las “instituciones más queridas por todos los españoles”.
“Pero hay que callarse, no alimentar a la bestia, ya están los extremistas de Madrid molestando. Eso es lo que quieren, a través del miedo porque han aprendido de las otras dictaduras que hay en el mundo, lo vemos con la Guardia Civil, lo vemos con tantos funcionarios, desprestigiando, dañando y siempre intentado que los representantes de los ciudadanos no tengamos libertad para hacer nuestro trabajo porque perseguirán a nuestros entornos”, ha señalado.
En líneas similares, la presidenta madrileña ha proseguido acusando al Ejecutivo central de “difamar, perseguir y acosar”. “Lo que visteis ayer, es lo que hacen absolutamente todos los días, difaman, persiguen, acosan, no se disculpan y siguen una y otra vez para que la gente se amordace, se acobarde, se calle. Es así, de la manera más autoritaria, como se nos ha colado este seudónimo de autócrata al que Europa debería ponerle ya los pies en el suelo y pararlo de una vez. Tanto que miran a Hungría, a Turquía y ¿qué está pasando en España, señores de la Unión Europea, qué más tiene que pasar?”, ha agregado.
"Lo que hacen, de cárcel"
La presidenta madrileña que hoy ensalza a la Guardia Civil es la misma que en octubre del pasado año puso al frente de la gerencia de Seguridad de la sanidad madrileña al capitán Bonilla. Actualmente, son 6.916.735 los madrileños que quedan bajo el paraguas del Servicio Madrileño de Salud (según datos de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid en 2023), y cuyos datos están bajo el recaudo de este departamento, encabezado desde octubre de 2023 por el también exjefe de fuentes de la Guardia Civil. Cabe recordar que este periódico le preguntó a la presidenta de la Comunidad de Madrid si estaba al corriente de la figura de Bonilla. "Desconozco su procedencia, el perfil que me comenta. Lo preguntaré a la Consejería", fue la respuesta exacta de la presidenta madrileña ante las preguntas de ElPlural.com acerca del capitán de la UCO y sus polémicos chats.
Por ello, la baronesa de los populares forma parte en cierto modo del centro de la polémica. Este domingo los socialistas madrileños intensificaban sus críticas hacia el PP tras publicar este medio algunas de las conversaciones del excapitán de la UCO, Juan Vicente Bonilla, fichado el pasado mes de octubre por el Gobierno de Isabel Diaz Ayuso como responsable de la Gerencia de Seguridad del Servicio Madrileño de Salud. En los últimos mensajes que ha sacado a la luz ElPlural.com hay unos con José Luis Caramés, un narcotraficante que participó en la trama de hidrocarburos en la que estaba Claudio Rivas, socio de Víctor Aldama. En los mismos, agradece de “corazón” al capitán Bonilla su intermediación ante jueces y fiscales.
La noticia, difundida por ElPlural.com, ha generado una fuerte reacción en redes sociales y el PSOE de Madrid no ha tardado en pronunciarse al respecto sobre el asunto. Los socialistas han emitido un contundente mensaje en su cuenta oficial de X (antes Twitter) en el que apuntan: "Lo que dicen, de cese. Y lo que hacen, de cárcel". Con esta declaración, los socialistas denuncian la hipocresía del PP, que por un lado exige dimisiones en otros partidos por casos de corrupción cuando mantiene en sus filas a personas como el capitán Bonilla.
