El Partido Popular y la fundación FAES han alineado su posición para criticar al Gobierno de Pedro Sánchez por las disculpas expresadas ante México por el pasado colonial, un gesto que ambos consideran una “posición genuflexa”. Los ‘populares’ han anunciado que abordarán este asunto en la sesión de control de la próxima semana en el Congreso y pedirán explicaciones al ministro de Cultura, Ernest Urtasun.

Las declaraciones del titular de Exteriores, José Manuel Albares, se produjeron la semana pasada durante la inauguración de una exposición de arte de mujeres indígenas mexicanas. Allí afirmó que toda historia “tiene claroscuros” y admitió que “ha habido dolor e injusticia hacia los pueblos originarios”. Añadió además que “hubo injusticia, justo es reconocerlo y lamentarlo. Esa es parte de nuestra historia compartida, no podemos negarla ni olvidarla”.

Las palabras fueron bien recibidas en México. La presidenta Claudia Sheinbaum calificó como “muy importante” el mensaje del ministro español. “Es muy importante, es el primer paso”, afirmó la mandataria, que en diversas ocasiones, al igual que su predecesor Andrés Manuel López Obrador, ha reclamado una disculpa por “la invasión violenta”, expresión que volvió a utilizar el pasado viernes para referirse a la llegada de los españoles al territorio.

Desde el PP, su presidente, Alberto Núñez Feijóo, respondió con dureza a Albares. Reiteró que él no piensa avergonzarse de la historia de España y lanzó un reproche al Ejecutivo: “Que pidan perdón por lo que hacen ellos ahora. Yo no me voy a avergonzar de la Historia de mi país. Me avergüenzo de la actualidad a la que nos condena este Gobierno”.

Álvarez de Toledo reprocha a Sheinbaum los mexicanos que mueren hoy

La viceportavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, también se pronunció hace unos días. Criticó que la presidenta de México exija “disculpas a España por los muertos de hace 500 años cuando debería ofrecerlas ella por los mexicanos que mueren hoy”, en referencia a la violencia ligada a los cárteles. Recordó asimismo el asesinato del alcalde de Uruapan señalando: “Carlos Manzo, joven y valiente alcalde de Uruapan, última víctima de la violencia que desangra México”. Álvarez de Toledo llevará este asunto a la sesión de control del próximo miércoles y ha registrado una pregunta dirigida al ministro de Cultura: “¿Cuándo va a pedir perdón?”, puesto que Albares no asistirá al pleno por un viaje oficial a China con los Reyes.

FAES, la fundación vinculada a José María Aznar, ha endurecido también su postura contra Albares. A su juicio, “resulta paradójico que la disposición penitencial del Gobierno le ponga en posición genuflexa ante quienes cree sucesores de los aztecas, pero no se traduzca en ningún tipo de exigencia respecto de complicidades políticas con criminales mucho más cercanos en el tiempo y en el espacio”. En un análisis titulado ‘Sin perdón’, la organización ha cuestionado que el ministro afirmara que “ha habido dolor e injusticia” hacia los pueblos originarios mexicanos y que es “justo reconocerlo y enmendarlo”. Según la fundación, “no dijo cómo, cuándo ni por cuánto saldría la reparación de nuestra deuda histórica con Moctezuma”, aunque ha considerado que la presidenta mexicana puede haber interpretado sus palabras como una respuesta a la reivindicación de López Obrador para que España pida perdón por los “agravios” de la conquista, lo que, ironiza la entidad, equivaldría a “pedir perdón por haber fundado el México moderno”.

Faes cree que es un perdón “anacrónico”

FAES ha subrayado que en 1519 México "no existía", que "la empresa se hacía en nombre de la Corona, pero por iniciativa particular", "que el territorio conquistado por Cortés y los suyos no coincide con el de la actual república mexicana" y que "la mayor parte de los efectivos bajo su mando eran tropas aliadas originarias compuestas por tlaxcaltecas, tetzcocanos, totonacas, otomíes, cholutecas, chalcas, huejotzincas y chinatecas, deseosos de sacudirse el yugo azteca, sacrificios humanos periódicos incluidos". 

En su análisis, la fundación ha concluido que “resulta anacrónico un perdón que ignora un abismo de medio milenio entre las supuestas víctimas y el peticionario” y ha denunciado que “el Gobierno español considera a España culpable y pide perdón en su nombre”. Asimismo, ha reprochado al Ejecutivo que le pese “más la crónica de hace quinientos años que la memoria de asesinatos cometidos hace apenas quince y por los que nadie ha pedido perdón, sin que eso le impida recompensar semejante vileza con una infame impunidad histórica y política regalada a los legatarios del terrorismo etarra”.

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