Albert Rivera, retratado como un lagarto de 'V' en el libro de Carlos Delgado.



“El mayor fraude democrático”. Así ha definido Carlos Delgado a Albert Rivera, al que otros llaman “el yerno de España”, en la presentación del libro donde disecciona al líder de Ciudadanos y su pasado, que él conoce bien. En una metáfora de la vuelta que ha vivido la tortilla política, el autor se ha acompañado de Enrique Riobóo, el periodista que publicó el libro La cara oculta de Pablo Iglesias y que denunció que, como propietario de Canal 33, pagaba en dinero negro al líder de Podemos por su tertulia La Tuerka.

En la presentación también le han custodiado José Luis Sánchez, de Unión de Ciudadanos Independientes, e Inmaculada Sánchez, de la Plataforma por las Garantías Ciudadanas, asociación que recoge a afiliados y exafiliados críticos con Ciudadanos. Quienes han faltado han sido los grandes medios que brindan “blindaje” a Rivera, según ha denunciado el autor en repetidas ocasiones. Él, concejal independiente en Leganés, niega por su parte haber recibido apoyo político para la publicación. “Ni Rajoy ni Más nos han dado el 3%”, ha asegurado, antes de recordar que el precio “asequible” del libro será donado a fines benéficos en su integridad.

Delgado conoce a Rivera y lo demuestra en un libro en el que no se muerde la lengua desde su propio título: Albert Rivera es un lagarto de V, cuyo primera capítulo es descargable. Se trata de una obra corta y directa, con un lenguaje fácil de entender y plagado de guiños pop fieles a la juventud que él y el líder de Ciudadanos comparten. Rivera no se nos presenta sólo como un lagarto de la serie V oculto tras una fachada atractiva. Es también un “ciborg”, “un madelman a pilas” o Rutger Hauer, el holandés que encarnó al replicante de Blade Runner.

“Es incapaz de despojarse de la máscara de político profesional. Jamás baja la guardia y nunca se relaja. Es como si se esforzara al máximo a todas horas por evitar dejar salir a pasear a su verdadero yo. Un acto de contención que debe resultar más que fatigoso”, señala Delgado.

El autor, Carlos Delgado, es líder del partido Unión por Leganés, con quien es concejal de la localidad madrileña desde 2007, y fundador y presidente de la Confederación Nacional de Agrupaciones Políticas Independientes (CEPI). Fue con esta confederación con quien estableció sus primeros contactos con Rivera, allá por 2006, hasta que el líder naranja les traicionó. La jefa de prensa de Rivera “decidió que era un buen momento para presentarnos a Albert Rivera e intentar acercar posturas para conseguir lo que en la teoría eran nuestros objetivos comunes: romper el bipartidismo, regenerar la política española y acabar con la corrupción, entre otros muchos”.

Aquella primera reunión se celebró en Madrid, a caballo entre el Ritz y un pub de la Milla de Oro madrileña. Y desde entonces empezaron las sospechas de que Rivera no era como se mostraba. “Albert chasqueó los dedos y como una anguila marina o una serpiente terrestre apareció un señor mayor que nosotros que se ocupó de abonar las bebidas”, explica Delgado en su libro -entre los muchos detalles que da de sus reuniones-. Un gesto que al autor le recuerda a alguien: “un aspecto en común con el entonces Rey Juan Carlos I: nunca lleva dinero y nunca paga... lo hace un cortesano por él”. “Me pasó de nuevo años después cuando le ofrecí una participación de lotería de mi partido, Unión por Leganés-ULEG. También la pagó otro. Eran 5 euros, cogió sólo una y con dinero ajeno”, añade Delgado.

De sus reuniones también destaca la manía de Rivera por llegar tarde: “Otro de los rasgos de su personalidad: hacer esperar a vecinos, ciudadanos y gente de a pie, o apartarlos cuando le piden un recuerdo en forma de fotografía o autógrafo y no le interesa”.

“Mientras que Pablo Iglesias está actuando cuando hay una cámara, Rivera interpreta su papel las 24 horas del día. Creo que hasta interpreta en sus relaciones personales y de puertas para adentro, en su propia casa”, asegura el autor, “eso sí, sin perder ni un ápice de corrección y sin dejar de sonreír en ningún momento”.

José Luis Sánchez, Carlos Delgado, Enrique Riobóo e Inmaculada Sánchez en la presentación de 'Albert Rivera es una lagarto de V'.



El uso de la “dentadura profident” no se borra en la cúpula de Ciudadanos ni en los momentos más navajeros, que Delgado cuenta con lujo de detalles:“Las purgas, las primarias teñidas de sospechas, los incumplimientos de sus propios estatutos, los dedazos o los espionajes de grupos de wasap y tantas otras fechorías políticas que están perpetrando por toda la tierra ibérica como la traición ejecutada a la Confederación de Partidos Independientes (CAPI-Tercera Vía) cuyos avales y campaña a favor de C's consiguieron para la formación de Rivera su segundo eurodiputado”.

Rivera es también un hombre con suerte o, según Delgado, con “baraka”, la misma clase de fortuna de la que gozó Francisco Franco “en sus campañas marroquíes y por esa misma, arbitraria e incomprensible 'baraka', buena suerte, era temido por las tribus del Rif”.  Y pone como ejemplo que el liderazgo le llegó a Rivera “no por capacidad, méritos o competencia sino por el tan caprichoso y más esquivo de los azares, el orden alfabético: sería presidente del partido la persona cuyo nombre empezara por la letra más baja del abecedario. El suyo empieza por 'a', la primera letra del alfabeto, la más baja. El secretario fue quien se llamaba Antonio”.

Pero no todo se basa en la suerte y buena parte de su auge se basa en el apoyo de “los poderes fácticos”, como explica en un capítulo dedicado sólo a su éxito reciente. Un apartado en el que se analiza cómo “servicios de inteligencia y redes internacionales” se han volcado con Ciudadanos, “temerosos del auge de un Podemos al que no encuentran antídoto y en modo pánico por el posible desmoronamiento de un régimen corrupto que les permite vivir con los máximos privilegios”.

“Aúpan a C´s como hace 40 años lo hicieron con Felipe González y el PSOE por temor al PCE, incluso con descaradas encuestas teledirigidas y ultracocinadas”, señala Delgado, poniendo como ejemplo “la sorprendente encuesta en El País que un domingo, 11 de enero de 2015 eleva a C´s de un 3% en intención de voto al 9% en un par de semanas”. “Todo un ejemplo de manipulación de la opinión pública a través de la opinión publicada”, señala el autor, a la búsqueda del “efecto Pigmalión”.

Para algunos, el objetivo del libro podría parecer un ajuste de cuentas tras la traición sufrida por Delgado y su partido en su apoyo al Ciudadanos primigenio. El autor no niega que esa experiencia se viviera, pero la usa como aviso a todos los españoles de lo que está por venir. “Mi conocimiento, experiencia propia y sinsabores son lo que quiero trasladar a todos los lectores: estos señores, los de la cúpula de Ciudadanos nos van a engañar, a dejar en la estacada, nos van a mentir, y van a hacer todo lo contrario de lo que predican”.

“Los 'aliens' de 'V', en realidad lagartos gigantes bajo una artificial piel humana, introducen a los seres humanos en naves, como si fueran pollos a los que meten en un congelador, para mandarlos a su planeta donde finalmente se convertirán en alimento de otros reptiles extraterrestres. Es la misma experiencia e impresión que tengo con Ciudadanos y con 'V'”.