El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha pronunciado este martes en la misma línea que el portavoz del partido, Borja Sémper, quien defendía que este era un proceso a “medio y largo plazo” durante su primera reacción a los resultados de las elecciones vascas. De este modo, aun tratándose de unos malos resultados el responsable, ahora el líder ‘popular’ también niega la mayor y obvia que haya voces críticas dentro de la formación -comenzando por el candidato el próximo 12-M- Alejandro Fernández, que pidan una mayor confrontación con el independentismo.

Así, al ser preguntado este 23 de abril durante un evento por el día de Sant Jordi, el gallego ha instado a “analizar los datos” y ha preguntado “cuáles son esas voces” que se postulan contra la estrategia llevada a cabo en la presente ocasión. El máximo responsable del PP ha relacionado el crecimiento de EH Bildu directamente con la “alianza” del partido abertzale con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sin hacer ninguna autocrítica.

Feijóo obvia las críticas: "Me habría gustado más, pero..."

Feijóo ha hecho mención incluso a la palabra “remontada”, un término que ha acuñado para destacar los resultados del PP en Euskadi desde 2001. Sin embargo, reconoce que a pesar de haber logrado “un 60% más de votos”, les habría gustado “más”. “Pero hemos mejorado las expectativas”, asegura.

“¿Cuáles son esas voces -críticas- (…) Todas las campañas cuando pasan hay que analizarlas. O todos los españoles estamos equivocados o un partido que gobierna en casi todo el territorio tiene que tener más presencia en el País Vasco”, ha apuntado desde la Ciudad Condal.

Alejandro Fernández no tardó demasiado tiempo en escribir en su cuenta de Twitter lo siguiente, en lo que parece un claro aviso a navegantes: “Tengo clarísimo quienes son mis rivales en estas elecciones: los separatistas y quienes les sostienen. Punto. Y no pienso dedicar ni medio segundo a otra cosa que no sea ofrecer una alternativa a su decadente proceso”. Dentro de la cúpula, otros dirigentes contemplan que tenían que haber “insistido más en el discurso ético”, según se desprende de las voces que lamentan el modus operandi en declaraciones a El País.

Dentro de la vieja guardia del partido tampoco están conformes. Por ejemplo, la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido igualmente contundente. De esta manera, la que fuera líder regional ha señalado en declaraciones al mismo medio que no hay “nada de lo que alegrarnos”: “Ha ganado el proyecto político de ETA. Y la suma del Frente Popular vasco de izquierdas, con Bildu, el PSE y Sumar, puede gobernar en cuanto quiera ETA”.

Peor segundo resultado desde 1994

El PP cosechaba el pasado domingo su peor resultado en País Vasco donde, a pesar de asegurar un escaño más (7) que en los comicios de 2020, no tiene peso real. La formación conservadora no logró obtener influencia -el ejecutivo caerá previsiblemente del lado PNV-PSOE- y Vox sí obtuvo representación en Álava.

Si bien desde Génova han hablado en todo momento en un tono positivo, la realidad es que el presente ha sido el peor resultado de los populares desde 1994, aunque el peor de todos fue el de 2020, cuando se quedó con el 6,77% de los votos.

La candidatura del partido, liderada por Javier de Andrés, exdelegado del Gobierno en el País Vasco y Diputado General de Álava, logró siete escaños algo más de 95.700 votos (9,22%). En julio de 2020, la coalición PP y Ciudadanos se quedó con un escaño menos y 60.550 votos (6,77%).

Esta cifra representa aproximadamente 35.000 votos más que hace cuatro años, pero sigue estando lejos de los 133.000 votos obtenidos por Alberto Núñez Feijóo en las elecciones generales de julio del año pasado.

Desde Génova reconocen que Euskadi, al igual que Cataluña, no es un terreno fácil para los 'populares', y su nivel de apoyo es considerablemente inferior al de otras regiones de España. En esta ocasión, el PP esperaba aumentar al menos en dos escaños y, sobre todo, desempeñar un papel "decisivo", de manera que el PNV y el PSE necesitaran su respaldo para mantenerse en Ajuria Enea.

Pero nada de esto ha ocurrido. El leve aumento del PP, que la cúpula del partido considera como una subida de tres escaños al tener en cuenta que en 2020 en realidad obtuvo cuatro diputados debido a que dos pertenecían a Cs, no le permite desempeñar un papel determinante en la próxima legislatura del Parlamento vasco.