A dos meses de la celebración de la V Asamblea de la historia de Ciudadanos, la formación naranja vuelve a vivir su peor pesadilla. La militancia se muestra cansada y repele las actitudes presidencialistas que tanto daño han hecho en el pasado al partido. Rivera trató de silenciar a los que lo avisaron del descalabro electoral, rehusó escuchar a los que pedían volver a la senda de la moderación, apostó por rodearse de afines que le convenciesen de sus propias convicciones y se quedó solo.

Ahora mucho se preguntan si Inés Arrimadas, favorita para sustituir al otrora presidente, tratará de dar una vuelta de 180º en su apuesta personal o dejará que los fantasmas de su predecesor se apoderen de sus actitudes. Por el momento, la militancia arde contra la gestora y el perfil sine qua non que se trata de imponer.

Ciudadanos ha vuelto a imponer el mazo, echando a Ignacio Prendes y Orlena de Miguel, portavoces críticos de la formación en Asturias y Castilla-La Mancha. En su lugar han optado por perfiles del ala riverista, generando en el seno del partido la idea de que la disidencia se paga cara.

El aperturismo prometido está siendo sometido a escrutinio. Los chats internos de afiliados, a los que ha tenido acceso ElPlural.com, muestran su disconformidad y señalan a Arrimadas como una de las principales culpables de lo sucedido: “Hay que esperar a marzo, aunque he de reconocer que Inés me está defraudando cada vez más” o “Inés está dejando el partido en manos de unos desaprensivos” son algunos de los comentarios que sirven para ejemplificar los ánimos internos.

Estos avisos vienen aparejados de una nueva escalada de dimisiones. Francisco Igea, líder la formación en Castilla y León, abandonó este martes su puesto como secretario general de Programas, uniéndose a él su homólogo en Ávila David Martín y José Miguel García, secretario general de Transparencia de Castilla y León.

A la espera de conocer si Igea decide dar el paso y armar una candidatura que se enfrente al modelo de partido de Arrimadas, los chats muestran su apoyo a los que han decidido apartarse tras apreciar que desde Madrid se impone la hoja de ruta a todas las delegaciones del partido: “Mi más sincera enhorabuena a todos los que han dimitido, porque con su integridad y los principios por delante, os negáis a ser cómplices del paripé que ha montado la Gestora”, exponen.

Pero no es el único comentario en contra de la Gestora, señalada desde el primer minuto por sus decisiones: “Tienen miedo a la inteligencia y al bien hacer. Lo que ellos han sido y son incapaces de hacer”, “nos matan los dedazos”, “a este paso se irá todo dios”, “es vergonzoso. Es inaceptable. Al más puro estilo de Podemos”…

Un partido que no consigue levantar la cabeza. Las encuestas lo certifican, sus rivales se lo recuerdan e internamente empiezan a abandonar. “¿E Inés, qué?  Nada de nada. Lo previsto”.