El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha erigido como una de las voces más importantes dentro de la Unión Europea en la búsqueda de una hoja de ruta compartida que fije posición sobre la guerra de Ucrania. El regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, centrado en resolver el conflicto por la vía rápida y a través de la cesión ante las pretensiones de Vladimir Putin, ha roto la alianza preexistente en el atlantismo y ha pillado a las potencias continentales a contrapié.
No obstante, y tras una serie de reuniones informales, cumbres extraordinarias y conversaciones bilaterales entre los plenipotenciarios del Viejo Continente -con el bloqueo de Hungría como gran hándicap procedimental-, empiezan a circular ciertos bocetos sobre cómo podría actuar la Unión Europea para garantizar que su voz no sea apartada de las negociaciones de paz, así como para tener un peso elevado en la posterior supervisión del cumplimiento de la letra pequeña del pacto.
De esta forma, las grandes capitales europeas, con París y Berlín a la cabeza, empiezan a plantear hipótesis sobre la necesidad de armar un nuevo Ejército europeo que dote a la Unión de autonomía frente a las próximas adversidades. Una motivación que repercutiría en el aumento del gasto en Defensa, algo eternamente demandado por Estados Unidos a sus socios atlantistas, suponiendo un rompecabezas para el presidente español por el bloqueo de sus habituales socios de investidura.
Este miércoles, el líder del Ejecutivo volará hasta Helsinki, donde se reunirá con el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, para posteriormente realizar otra parada en Luxemburgo para mantener tres reuniones que arrancarán con sabor español, con Nadia Calviño -en su condición de presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI)- como interlocutora. Posteriormente, Sánchez mantendrá un encuentro con el Gran Duque de Luxemburgo y con el primer ministro del país, Luc Frieden, el Castillo de Senningen.
Cerca de 6.000 kilómetros en un ajetreado día que precederán a la tournée de reuniones que tendrán lugar este jueves, 13 de marzo, en el Palacio de La Moncloa. Un día señalado en rojo, especialmente por la reunión que mantendrá el presidente con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, así como con el resto de líderes de los grupos parlamentarios con representación en el Congreso de los Diputados -salvo Vox-.
Sánchez-Díaz, la cumbre de la coalición
Como preludio de esta gira exprés por el extranjero y las reuniones con el resto de grupos, el líder del Ejecutivo se ha reunido este martes con Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y líder moral de Sumar. De esta forma, los dos partidos que conforman la coalición de Gobierno han podido discutir sobre sus respectivas posiciones acerca del aumento presupuestario en Defensa y la conveniencia de tener un papel protagónico en la conformación del futurible nuevo Ejército europeo.
Del encuentro, que se ha celebrado en La Moncloa, ha derivado el entendimiento en la necesidad de avanzar en la autonomía estratégica de Europa: "Es necesario avanzar hacia un modelo de defensa y de seguridad europeo autónomo, defensivo y disuasorio, que apueste por el multilateralismo y la defensa de la paz y la seguridad en el marco de Naciones Unidas", ha expresado Sumar a través de un comunicado remitido a los medios de comunicación a la finalización del encuentro.
Un objetivo compartido que, no obstante, choca cuando llega el momento de cifrarlo en números dentro de los presupuestos generales del Estado. El aumento del gasto en Defensa, comprometido por Sánchez en la OTAN, no convence a sus socios de coalición, que insisten en que una mayor partida presupuestaria "no garantiza la superación de los problemas de coordinación y falta de interoperabilidad de las Fuerzas Armadas de los distintos países de la UE". "Garantizar la seguridad europea pasa hoy por poner la cohesión social y la lucha contra el cambio climático en el centro de nuestras políticas. No habrá seguridad europea si no afrontamos la lucha contra la precariedad y la pobreza endémica que existe en el continente", han expresado los magentas.
Diferencias que obligarán a ambos líderes, Sánchez y Díaz, a hacer aún más frecuentes estas conversaciones. Un compromiso que ha quedado ratificado y que buscará, en definitiva, que España cuente con una opinión cerrada para construir "un proyecto de paz para Ucrania y colocar los derechos del pueblo ucraniano y su soberanía en el centro de este proceso".