No puede ser posible que en una democracia que presume de ser seria como la española las declaraciones de Javier Maroto, vicesecreatrio del PP (partido que nos gobierna), sobre los refugiados siriros y el terrorismo yihadista puedan tolerarse. No solo porque estamos hablando de un responsable político que ha de ser precisamente eso, responsable, en todo lo que dice públicamente, sino porque estamos hablando de un tema que perforó -y perfora- de dolor a la sociedad española desde hace 50 años. Y Maroto, que ha sido alcalde de Vitoria, debería saberlo mejor que nadie porque ¿todos los vascos, incluido él, son sospechosos de ser terroristas de ETA? ¿Hubiera consentido el señor Maroto tal equiparación?. No vale su rectificación en ‘Al Rojo Vivo’ de la Sexta porque lo que ha hecho Javier Maroto es muy muy grave: sembrar la sospecha entre los españoles hacia todos los refugiados sirios. Intelectualmente no se sostiene, pero éticamente mucho menos. En democracias serias por afirmaciones así se dimite, aunque hay disculpas a posteriori.

1.047 víctimas en España
Maroto, al que había que recolocar tras perder la alcaldía de Vitoria,  es uno de los nuevos valores promocionados por Rajoy para dar imagen de un partido más moderno, pero tras las declaraciones del político vasco a una radio de Vitoria es evidente que el problema no es la imagen sino el discurso y, sobre todo la falta de formación, la irresponsabilidad y la frivolidad. No, un responsable político español no puede hablar de terrorismo como hablaría de la prima de riesgo, por poner un ejemplo. No puede incitar al odio, no puede propagar el temor y el miedo. No puede hablar sin datos.
En España ha habido hasta la fecha 1.047 víctimas del terrorismo, 857 víctimas de ETA y 190 víctimas en el atentado del 11-M, el más grave atentado yihadista ocurrido en Europa. Porque efectivamente, nadie excepto Aznar y alguno de sus seguidores fanáticos, discute a estas alturas que el atentado del 11-M fue obra del terror yihadista. Con estos números, señor Maroto, ni usted ni nadie puede afirmar como si tal cosa que "entre los sirios que entran hay muchos yihadistas".

Los últimos atentados en Europa, obra de europeos
Solo la ceguera intelectual y una pereza inmensa a la hora de documentarse o simplemente entrar en internet a consultar la hemeroteca, puede llevar a Javier Maroto a decir semejante barbaridad. Solo recordarle algunos datos: los últimos actos terroristas cometidos por yihadistas en Europa (Francia, Holanda, Reino Unido...) no fueron cometidos por terroristas que llegaron de Siria ni de ningún otro lugar, habían nacido aquí, en Europa, en los suburbios de grandes ciudades como París o Londres. Eran hijos de inmigrantes que no conocieron guerras civiles ni dictaduras horrorosas. Nacieron en países democráticos a los que sus padres habían emigrado. Y descubrir esto supuso un 'shock' entre pensadores, investigadores, periodistas y políticos. Javier Maroto, como responsable político nacional del PP, debería saber que no se puede vincular una nacionalidad a terrorismo. Ni una religión.

¿De dónde sacó los datos?
¿Ha hablado con el CNI, la CIA, la OTAN, la Agencia de Seguridad Nacional americana? Maroto ha dicho que entre los refugiados sirios viene MUCHOS yihadistas  como podría haber dicho que entre los andaluces hay muchos vagos, entre los gallegos muchos falsos  y entre los catalanes muchos tacaños.  Lo correcto sería que Maroto dimitiera pero, como no va a pasar, al menos que procure no hablar de lo que no sabe, porque no estamos hablando ni de peras ni de manzanas, hablamos de terrorismo (muerte, asesinato, horror y destrucción)

Militante de un partido que no le considera 'normal'
El Partido Popular vive días agitados después de tener que cambiar en 24 horas su discurso sobre los refugiados sirios. Primero todos, desde Rajoy al Ministro de Interior pasando por la Vicepresidenta, decían que España no podía acoger a más de dos mil porque había mucho paro. Luego Rajoy se vio con Merkel y el PP ha pasado a las 'puertas abiertas' y que venga todo el que quiera. Tan brusco cambio en tan poco tiempo no le ha permitido disimular suficientemente bien.

En el caso de Javier Maroto la contracción ideológica ha de ser aún mayor, porque es gay y milita en un partido que recurrió al Tribunal Constitucional la ley de Zapatero. Mientras la dirección del PP se manifestaba en las calles contra esa Ley e intentó tumbarla, él no dijo ni una palabra públicamente a sus compañeros de partido ni intentó convencerles que era 'normal'. Porque el discurso del PP era que el matrimonio entre dos hombres o dos mujeres no era normal. Y ahora Maroto se va a casar gracias a la Ley que aprobó Zapatero, que su partido denostó y quiere que vaya a su boda Rajoy. Esquizofrenia para nota. Por lo menos que le de la gracias a Zapatero por aprobar la Ley que le permitirá casarse con la persona que ama con todos los derechos legales. Eso tampoco lo hará.