A Pedro Antonio Sánchez le costó dimitir como presidente de Murcia aun habiendo prometido que lo haría en cuanto se le sacara un solo movimiento ilegal o ligado con la corrupción. Fue imputado por el Caso Auditorio y señalado por la Púnica. Este martes, la justicia ha movido ficha: el Tribunal Superior de Justicia de Murcia ha decidido enviar a juicio a Sánchez. Finalmente, le veremos sentado en el banquillo por esta trama de corrupción.

Justamente, este mismo martes, Sánchez ha vuelto a defenderse. Según ha explicado, él nunca tuvo nada que ver ni contrató ningún servicio con empresas vinculadas a la Púnica. Eso sí, reconoce haberse reunido con empresarios que ya estaban siendo investigados. Y es aquí donde llega la puntilla. Sánchez dice que si se reunió con ellos fue porque eran muy “insistentes”, que llevaban meses pidiendo que se les recibiera.

Es más, ha asegurado que durante 10 meses solicitaron una reunión con él y que llegaron “casi a acosar" a su gabinete con ofertas.

Esta mañana Sánchez ha comparecido durante una hora ante el Tribunal Superior de Justicia de Murcia, el mismo que ahora le sienta en el banquillo. Allí ha entregado una serie de documentos con los que intentará demostrar que nunca se firmó un contrato con las empresas de la trama Púnica.

Incluso ha llegado a mostrar uno de esos papeles a los medios de comunicación en el que constaba una oferta por valor de 32.200 euros al año de la empresa Eico, un documento en el que no había firma alguna.