Algo más de tres semanas para que las fuerzas parlamentarias llamadas a ello se pongan de acuerdo. El reloj empieza a descontar segundos sin que las fichas se muevan del ostracismo que se profesan públicamente. Por ello, mientras recurren a toda serie de movimientos para poner en jaque al rival y salir airosos de las negociaciones, la política empieza a jugarse entre bambalinas.

Si bien el 28 de abril nadie pensó que la repetición electoral fuese una posibilidad, ya que el PSOE había conseguido imponerse con claridad y tener capacidad de ejecución tanto a izquierda como a derecha, ahora ciertos reductos de Ferraz empiezan a avisar de la posibilidad de que las urnas vuelvan a ser protagonistas del panorama español.

Así se lo habrían comunicado, tal y como cuenta El Confidencial, algunos dirigentes socialistas a sus homólogos populares. Génova, que no ha dejado de tener un ojo puesto en la posibilidad de volver a pasar por los comicios que tanto daño les hicieron tiempo atrás, ya tiene a parte de su maquinaria trabajando en este supuesto, observando en qué circunscripciones hay posibilidad de crecimiento.

En la sesión extraordinaria celebrada este jueves para aclarar la gestión de la crisis humanitaria de los migrantes a bordo del Open Arms, en la que Carmen Calvo tuvo que contestar a las quejas de la totalidad de la Cámara, se pudo apreciar a la perfección el momento de crispación entre socialistas y morados.

Mientras Iglesias y los suyos siguen abogando por la fórmula valenciana, con un Gobierno de coalición en el que formen parte ministros socialistas y también de su formación, Ferraz insiste en que existe demasiada “desconfianza” para estudiar esta vía. Harán todo lo posible para que la Legislatura eche a andar, pero defienden que no a cualquier precio. O Unidas Podemos cede o no habrá nada que hablar. Habrá reuniones con PNV y PRC la semana que viene. La siguiente, a última hora y sin margen de maniobra, llegará el momento de sentarse con Unidas Podemos.

El Partido Popular da validez a la información recibida por ciertos dirigentes rivales, por lo que sus líderes están puestos en alerta y empiezan a prepararse para una nueva campaña electoral. Las encuestas son favorables a sus intereses, ya que serían el único partido de la derecha que aumentaría, distanciándose de sus homólogos y reivindicándose como el partido líder de la oposición.