Es sabido que, en una monarquía parlamentaria, como es la española, el Rey no puede dar un paso sin el visto bueno del Gobierno. Por eso, por mucho viso histórico que se intente imprimir a la imagen de Felipe VI en la ONU, en la que es su segunda intervención ante la Asamblea General, no se puede obviar que su discurso no es más que la voz del Gobierno en Nueva York.

Y, en este caso, parece que el discurso que ha llevado ante las Naciones Unidas haya sido redactado por José Manuel García-Margallo en persona, a la vista de que Felipe VI haya dedicado parte de su intervención a tachar de “anacronismo” la situación de Gibraltar.

El rey pidió este miércoles, ante los representantes de los 193 países de la ONU, “poner fin” al “anacronismo” colonial de Gibraltar con “una solución acordada" entre ambos países que "restablezca la integridad territorial de España" y "resulte beneficiosa" para la población del Peñón y del área española del Campo de Gibraltar.

Con este discurso, el Rey entra en la particular lista de obsesionados con la reconquista del peñón. Este exclusivo listado está encabezado por el ministros de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, quien haciendo alarde de una épica de andar por casa proclamó a los cuatro vientos: “El Brexit es una oportunidad histórica, única en trescientos años para recuperar Gibraltar”. En la misma tónica, Soraya Sáenz de Santamaría. La vicepresidenta afirmó, sin pudor alguno, que "con referéndum o sin referéndum sobre el 'brexit', el Gobierno siempre ha considerado que Gibraltar forma parte de España y del Estado español y esta es su bandera".

La proclama del rey se ampara en “el mandato de la ONU” para acabar con los legados coloniales, pero también se produce horas antes de que se reúna el Grupo Transfronterizo que coliga a organizaciones sindicales, empresariales y sociales del Campo de Gibraltar y del Peñón para avanzar soluciones conjuntas.

Pero no es el único mensaje progubernamental que ha mandado Felipe VI, quien ha apelado al diálogo y al "sentido del deber" para superar "coyunturas complejas" como la que atraviesa España y destacó la "firme convicción" de la sociedad española "en que las diferencias se resuelven con voluntad de acuerdo dentro del respeto a las reglas que se han dado".

El monarca dedicó a la coyuntura política y económica de España una breve, pero significativa parte de su intervención en la Asamblea General de la ONU, la segunda desde que es jefe de Estado, en la que instó a afianzar la recuperación del país y "salvaguardar y mejorar el Estado del bienestar", con especial atención a quienes más han sufrido" y "todavía padecen" los efectos de la recesión.

Un día después de entrevistarse con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, hubo también una referencia destacada al acuerdo de paz con las FARC en Colombia que se firma el próximo lunes en Cartagena de Indias, del que recordó que cuenta con "el respaldo decidido" del Gobierno de España y el apoyo unánime de su Parlamento.

En clave nacional, señaló que "todas las democracias avanzadas", como la española, atraviesan en algún momento "coyunturas complejas", pero "las superan por la fortaleza y cohesión de su sociedad, la solidez de sus instituciones, la vigencia de su sistema de libertades" y "su firme convicción en que las diferencias se resuelven con voluntad de acuerdo." Una voluntad que debe someterse al "respeto a las reglas que se han dado", precisó Felipe VI, antes de apelar a "los valores del diálogo, del compromiso, del sentido del deber y de la solidaridad".

Además, sin aludir expresamente al desafío independentista en Cataluña, reflexionó: "Cuando juntos convivimos en un marco democrático que salvaguarda nuestros derechos y libertades -tan arduamente conquistados- con respeto a nuestra diversidad es cuando damos lo mejor de nosotros mismos".

España defiende la adopción de una resolución del Consejo que impida el acceso de grupos terroristas a armas altamente destructivas, apoya la celebración de una conferencia internacional sobre Oriente Medio y trabaja para mejorar la asistencia humanitaria en Siria y ayudar a preservar la unidad del país en democracia. El rey lamentó la ruptura del alto el fuego en este país, hizo un llamamiento para que cesen las hostilidades y expresó su pesar por las víctimas, "especialmente entre el personal humanitario".