La abstención de Unidos Podemos, ERC, PDeCAT y Compromís en la votación del nuevo techo de gasto ha evidenciado la debilidad parlamentaria del Gobierno de Pedro Sánchez, al que sólo ha apoyado en esta batalla el PNV.

Los socios parlamentarios de Sánchez en la moción de censura, las fuerzas independentistas y Podemos, exigen a cambio de su apoyo modificar la Ley de Estabilidad Presupuestaria, una norma orgánica, que concede desde 2012 potestad al Senado para vetar los objetivos de deuda y déficit y el límite de gasto no financiero. 

El Congreso ha rechazado los objetivos de déficit y deuda y el límite de gasto no financiero del Estado para la elaboración de los Presupuestos de 2018, en total 88 votos frente a 173 en contra y 86 abstenciones. En consecuencia, el Senado ha desconvocado el pleno previsto para el 30 de julio en el que se vaticinaba el veto de la mayoría absoluta del PP. 

Esta primera propuesta, paso previo para la elaboración de los Presupuestos Generales del próximo ejercicio, ha fracasado y pone en evidencia la debilidad del Gobierno y la falta de estabilidad política.  El Ejecutivo tiene ahora dos opciones: presentar otra senda presupuestaria y otro techo de gasto antes de 30 días y someterlo de nuevo al voto de Congreso y Senado o aceptar los límites de gasto previstos por el Gobierno de Mariano Rajoy. 

La ministra de HaciendaMaría Jesús Montero, ha dicho tras la votación que dentro de un mes volverá al Congreso para presentar la misma senda presupuestaria y ha pedido reflexión a las fuerzas parlamentarias.

En caso de que finalmente no se apruebe una nueva senda de déficit y se mantenga la anterior, más restrictiva, el Gobierno tendrá que "reordenar" sus prioridades de manera que "redunden en beneficio del Estado del bienestar", ha señalado Isabel Celáa.

La portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, ha insistido en la idea de que serán los partidos los que tendrán que explicar a sus votantes "por qué no han permitido 6.000 millones de euros más para sanidad y educación" ya que en las negociaciones previas al pleno ninguno mencionó objeciones "como cambiar el artículo 155 de la Constitución o incumplir los acuerdos con Bruselas", y ha explicado "La senda del déficit con quien se acuerda es con Bruselas, el Gobierno le daba dos décimas a las Comunidades Autónomas, dos a la seguridad social y se quedaba sólo con una décima"