Gonzalo Moliner, magistrado de la Sala de lo Social, era el candidato por el que, según ha sabido ELPLURAL.COM, habían estado trabajando la mayor parte de los miembros del ala progresista del CGPJ agrupados en Jueces para la Democracia (JD) encabezados por la vocal, portavoz del organismo, Gabriela Bravo. Moliner, de alguna manera, ha sido elegido después de que se demostrara en las dos sesiones de urgencia, celebradas la semana pasada, la imposibilidad de alcanzar una mayoría necesaria frente a otro candidato, José Ramón Ferrándiz cuya candidatura, a pesar de ser de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM), estaba impulsada por la jueza progresista Margarita Robles, amiga personal de Ferrándiz.

Pulso entre Bravo y Robles
El consenso mínimo alrededor de Moliner se alcanzó con cierta rapidez, y con algo de sorpresa, esta misma mañana. El problema de Ferrándiz había sido precisamente lo que parecía su punto fuerte, el apoyo de la magistrado Robles, que le había restado votos entre sus compañeros del ala conservadora, sin lograrle suficientes apoyos entre los progresistas. El pulso entre las dos cabezas de JD, Robles y Bravo, ha sido evidente durante todo el proceso.

Según han comentado a este periódico, en los pasillos del Supremo y del CGPJ se barajaba, por si no salía tampoco el nombramiento de Varela, recuperar como hombre de consenso, y puesto que el mandato de este CGPJ concluye en próximo septiembre de 2013, a un magistrado ya jubilado, el conservador Benigno Varela, antiguo miembro de la APM, pero al que se considera hombre con talante suficiente como para ayudar a superar el bloqueo que vivía el organismo que rige la vida de la Judicatura española.

Miembro del ala progresista, y dialogante
Moliner, según cuentan fuentes del CGPJ a ELPLURAL.COM, es un hombre de enorme capacidad de diálogo, accesible y apreciado por sus compañeros. Experto y con larga carrera en el campo de lo social, Gerardo Moliner se ha mostrado públicamente contrario a la última reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Su trabajo no va a resultar fácil. Para empezar, según nos dicen, tendrá que canalizar el descontento de magistrados y fiscales públicos, descontentos con las medidas que está tomando el actual ministro. Un descontento que tuvo una insólita manifestación a través de un comunicado contra el ministro, firmado por todas las asociaciones de jueces y fiscales, ayer mismo. En el comunicado los firmantes anuncian la posibilidad de convocar paros parciales, huelgas de celo e, incluso, una huelga abierta.

Posible impugnación ante el Supremo
Sin embargo, según cuentan fuentes del GCPJ a ELPLURAL.COM, el principal problema que podría encontrarse el futuro presidente del Consejo sería la posible impugnación de su nombramiento, por no ser suficientes los 12 votos que ha obtenido. Y esto a causa de una posible interpretación de la artículo 127 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Según este artículo, que modificó el ministro Juan Fernando López Aguilar, para el nombramiento de un magistrado del Supremo, y por extensión también del Presidente del CGPJ, serían necesarios 3/5 de los 21 miembros, es decir, 13 votos. Y esto independientemente del número de miembros con que cuente el Consejo. En estos momentos, por la renuncia-cese de Carlos Dívar, el CGPJ lo componen 20 vocales. De ahí la confusión, según esta fuente, de que se considere que 12 votos sean suficientes. En cualquier caso, para que se produjera la reconsideración del nombramiento de Moliner, sería necesario que alguna asociación profesional de magistrados, o algún miembro de las mismas, impugnara la decisión del CGPJ ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del Supremo.