A principios de 2009 se destapó una de las mayores tramas de corrupción que han afectado a la política o, más concretamente, al PP: la trama Gürtel.

El exalcalde madrileño de Boadilla del Monte, Arturo González Panero, se destapó como uno de los hombres claves de la trama, recibiendo comisiones y comisiones mientras ocupaba su sillón de mando en el consistorio.

Pero Panero, más conocido como ‘El Albondiguilla’, siguió cobrando de la Gürtel una vez abandonó el Ayuntamiento, según han demostrado las investigaciones judiciales posteriormente. Pues bien, ahora se sabe que ese dinero lo siguió recibiendo a través de sociedades 'offshore' vinculadas al bufete Mossack Fonseca y todo, gracias a las filtraciones periodísticas de los papeles de Panamá y al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).

Una ‘offshore’ matrimonial

Para seguir cobrando pero operando desde el extranjero, el exalcalde de Boadilla se unió a su mujer en la empresa Longridge International, con sede en Islas Vírgenes Británicas.

Según explican los papeles, en 2010, a dicha empresa se le concedieron unos préstamos, cuanto menos, sorspechosos. En total fueron tres que rondaban entre los 232.000 euros y los 216.000 y están fechados en el mismo día pero firmado en otro muy diferente.

¿Dónde aparece la relación con la Gürtel? Pues en el momento en el que aparecen como apoderados o accionistas miembros de la familia de abogados del Valle Petersfeld. Entre ellos, uno de los arquitectos de la trama, Francisco Javier del Valle Petersfeld.