No acudió al Espacio Larra, donde se congregaba toda la cúpula de Sumar para ser testigos oculares de una masacre electoral. La vicepresidenta segunda optó, ante las pésimas perspectivas, ceder el protagonismo a Estrella Galán, su candidata para el Parlamento Europeo. Fue precisamente la cabeza de cartel la que dio la cara en una noche aciaga para los magentas. In situ, tanto Galán como el portavoz orgánico Ernest Urtasun, admitieron sin paliativos el rejonazo. Lo hizo también Yolanda Díaz, desde la distancia y a través de sus redes sociales, apelando a la “reflexión” al tiempo que aseguraba que cada uno de los 811.281 votos se destinarán al “ensanchamiento de derechos”.

Los peores presagios se cumplieron, aunque, antes del recuento, ni las perspectivas ni las señales eran especialmente halagüeñas. Bien entrada la tarde, poco antes del cierre de los colegios electorales, desde Sumar avanzaban que Yolanda Díaz se desgajaba del resto de sus compañeros de Sumar para seguir el avance del escrutinio desde la sede del Ministerio de Trabajo. Ausencia que fuentes próximas a la líder explicaban como una decisión para no opacar a su candidata, Estrella Galán. Sin embargo, esa huida lejos del foco mediático no era sino un síntoma de lo que sucedería a partir de las 23:00 horas.

Las perspectivas no eran buenas. A medida que avanzaba la campaña, que se les ha hecho excesivamente larga, cauterizaban heridas y rebajaban sus proyecciones. En el lejano mes de febrero, algunas encuestas vaticinaban una feroz disputa con Vox por el tercer escalafón. Incluso mantenían los mismos escaños que logró Podemos (6) en 2019, con cerca de 10 puntos porcentuales. Pero la realidad ha atropellado a la plataforma que dirige la vicepresidenta segunda, que se queda con tan sólo un 4,65% de los sufragios (810.000) y a punto de ser sorpassada por la agrupación ultraderechista de Alvise Pérez, Se Acabó La Fiesta (800.000 votos y tres escaños).

Lo que mal está es susceptible de empeorar. Y así ocurrió. Besaron el descalabro con Alvise, pero lo consumaron al contrastar los números de un Podemos que resucita ante la debilidad de Sumar. Los morados exhibieron una resiliencia considerable, pese a unas paupérrimas proyecciones iniciales, cosechando algo más de medio millón de votos que les llevaron a soñar incluso con los tres escaños que les concedían algunas encuestas. Un escenario que hubiera elevado a la enésima potencia el drama que se vivió en Sumar, que cerraron la noche como cuarta fuerza política ante el avance de la coalición Ahora República (ERC, Bildu y BNG).

Rejonazo y reflexión

El grueso de las sensibilidades que conforman la plataforma de Díaz coincide: es el momento para una “reflexión”. Algunos han profundizado más en sus análisis, incluso apelando a responsabilidades de la cúpula, como es el caso del dirigente de Más Madrid, Eduardo Rubiño. Demandas que, por el momento, no se van a cumplimentar, pues a juzgar por la tímida aparición de su líder por las redes sociales, se limitará a un proceso sereno de escucha para resignificar un espacio en el que parece que convivirán con Podemos.

Al menos así se desprende de las declaraciones de los dirigentes de la plataforma magenta. Ernest Urtasun, al contrario que Yolanda Díaz, salió a dar la cara junto a la candidata, Estrella Galán. Ambos insistían en remarcar la “baja participación”, aunque no rehusaron de percutir en una “reflexión” sobre los resultados. “No son los que nos hubieran gustado ni por los que hemos trabajado, pero que nadie dude que con los votos vamos a trabajar por una Europa de políticas de avance de derechos”, apuntaba la cabeza de cartel de Sumar, al tiempo que hacía un llamamiento a las principales familias del Parlamento Europeo a conformar un cordón sanitario ante el “avance de la ultraderecha”.

En esa misma línea, aunque desde un discreto segundo plano, se manifestaba la líder de la plataforma. Yolanda Díaz, que optó por recluirse en las entrañas del Ministerio de Trabajo, admitió que no han sido unos “buenos resultados”. “Debemos reflexionar”, remarcaba la vicepresidenta segunda, mientras precisaba que “cada uno de los 811.281 votos servirán para ensanchar derechos y mejorar la vida de la gente”. Así se pronunció la máxima responsable de los magentas a través de su perfil oficial en X, antes Twitter.

Y es que a Sumar se le precipita un futuro de zozobra. La conformación de la lista ya supuso un conato de cisma entre las principales fuerzas que componen su espacio. Izquierda Unida manifestaba entonces su descontento por la cuarta posición asignada. Un puesto que, con los resultados en la mano, se queda fuera del Parlamento Europeo. El escrutinio ha avivado las diferencias entre las familias de Sumar y el nuevo secretario general de IU, Antonio Maíllo, está obligado a adoptar una decisión tras quedarse sin representación por primera vez en su historia. De hecho, Carlos Sánchez Mato, dirigente de la formación, descarga toda la responsabilidad sobre los magentas. “Quien tenga la tentación de presumir de esta mierda de resultado, que se lo haga mirar”, espetó en sus redes sociales.

Podemos hurga en la herida

La alegría va por barrios y en la familia morada, antaño bajo el paraguas magenta aunque por un breve espacio de tiempo, las emociones son diametralmente opuestas. En Podemos respiran con alivio, al haber cosechado dos escaños que, a pesar de que les dejan por detrás de Sumar, mandan a Irene Montero al Parlamento Europeo. Un resultado que escapaba al radar demoscópico antes del ciclo electoral de este 2024, aunque durante la campaña electoral el globo morado no dejaba de inflarse. Finalmente, pese a la notable mejora, la realidad no ha sido tan boyante como cabría esperar en la mente de algún dirigente de la formación.

En cualquier caso, la guarda pretoriana morada celebra el buen resultado cosechado, con algún que otro recordatorio a sus excompañeros de espacio. El que fuera vicepresidente segundo del Gobierno e ideólogo del partido, Pablo Iglesias, vaticinó que el liderazgo de Díaz está tocado y está abocado a perder la etiqueta de “consenso” dentro de la coalición de fuerzas a la izquierda del Partido Socialista. A través de un mensaje en X, recordaba que mientras IU se queda fuera del Parlamento Europeo, formaciones como Comunes y Compromís, desprovistos de toda posibilidad de representación por sí mismos, “tendrán escaños”. “La falta de democracia interna en Sumar tendrá consecuencias serias”, auguraba.

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