Jesús Aguirre, consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, agradeció en un primer momento a Magrudis, la compañía responsable del mayor brote de listeriosis de la historia de España, su "magnífica labor" después de facilitar datos sobre las ventas del producto. "Se han brindado de una forma muy positiva", aseguró ante los medios de comunicación el popular.

“Muchos bares compraban directamente al proveedor (Magrudis), que ofrecía distintos productos y, además, tenían que ser buenos porque empezaron a operar en 2015 y su producción creció de forma importante. Han tenido la mala suerte de este contagio”, señaló en una entrevista al diario ABC de Sevilla.

Poco más de un mes después de estas palabras, y tras tres muertes, siete abortos y más de 200 contagios, ya no queda nada de esa complicidad inicial entre Magrudis y la Junta de Andalucía. Y menos después de que este jueves la juez Pilar Ordóñez haya decretado prisión provisional comunicada sin fianza para el dueño de facto de Magrudis, José Antonio Marín Ponce, y su hijo mayor Sandro.

A medida que el cerco se iba estrechando sobre Magrudis, y se iban conociendo más y más irregularidades de la empresa, la Junta decidía dar marcha atrás y eximirse de sus competencias. "La responsabilidad del brote de listeriosis y sus efectos es de Magrudis S.L y deberá asumir todas, todas sus responsabilidades". Asimismo, el Gobierno andaluz, dirigido por Partido Popular y Ciudadanos, y apoyado por la extrema derecha, decidía ir más allá y se personaba como acusación particular contra la compañía compañía responsable de la carne mechada. 

Sin embargo, las palabras iniciales de Aguirre, que en su momento ya causaron una gran ola de indignación, resuenan ahora con más fuerza que nunca, y vuelven a cuestionar su figura.