A estas alturas de la historia nadie se sorprendería de los "agujeros negros" y las simpatías e inclinaciones ultras del ex ministro de Franco, fundador de AP e impulsor del actual Partido Popular, Manuel Fraga. El gallego llegó a la democracia habiendo hecho toda su carrera política desde el interior del franquismo. Su conversión a la democracia y la fuerza de su figura política hizo que en ocasiones se olvidara que Fraga fue consejero de las Cortes franquistas y que estuvo afiliado a la Falange. Ostentó también los cargos de secretario general del Instituto de Cultura Hispánica en 1951 o secretario general técnico del Ministerio de Educación en 1953 y Consejero Nacional del Gobierno de Franco. Finalmente, fue recompensado por el dictador Franco con el Ministerio de Información (1962) -ordenó la publicación de la extremadamente represiva Ley de Prensa-. En el primer gobierno de la monarquía, Juan Carlos lo designó Ministro de Gobernación y desde ese cargo fue el responsable de los incidentes de Montejurra, donde tres personas fueron asesinadas por cuerpos paramilitares.

Un Fraga, en sus inicios, admirador de los fascismos europeos
Con otros seis ex-ministros de Franco funda en 1977 Alianza Popular, para luchar efizcamente contra "los más peligrosos enemigos de España: el comunismo y el separatismo". La auténtica biografía del gallego de Villalba ha escondido, o no ha destacado lo suficiente, que fue un fiel admirador de las ideas del fascismo internacional, negacionista del Holocausto judío y de los crímenes de la Inquisición española. Manifestó que los intentos de persecución judicial al asesino Pinochet tan solo fueron "una anécdota personal".
 

De entre esos aspectos que diseñaron el "corpus" ideológico del ex presidente de la Xunta hay uno que, por su especial significación extremista, ha permanecido oculto en su biografía como fueron sus simpatías y veleidades con protagonistas claves de nazismo y de la propia represión que desembocó en el mayor genocidio de la historia de la Humanidad. Las redes sociales han rescatado en estos días de la hemereoteca -esa que es "maldita" para unos y fuente de información veraz para otros- una noticia que apareció publicada el 16 de abril de 1971 en el Diario Informaciones en la que un Comité español para la liberación de Rudolf Hess, solicita la liberación del número dos de Adolf Hitler encarcelado en la prisión alemana de Spandau, cercana a Berlín.

Las firmas serían remitidas a la Hermandad para la Liberación de Rudolf Hess presididida por su hijo Wof R. Hess. Después de la II Guerra Mundial este centro penitenciario fue el destino de siete condenados del régimen nacionalsocialista sentenciados en los Juicios de Núrenmberg. El lugarteniente de Hitler fallecería 16 años después, en 1987 y a la edad de 92 años, tras la negativa rotunda de soviéticos y británicos ante las presiones de países y gobiernos y de quienes, como en este caso Manuel Fraga y otro grupo amplio de firmas, pedían su excarcelación. Tras la muerte de Hess, la prisión fue demolida y sustituida por un centro comercial. Con Hess, responsable del asesinato de miles y miles de judíos y que nació en Alejandría -Egipto-, murió el último dirigente de la cúpula del nazismo alemán. Su cautiverio se había convertido en todo un símbolo de la expiación de los crímenes nazis contra la humanidad. 

 

A Manuel Fraga se le unió en la firma el tío de Ana Botella, José Botella Llusiá, el cuñado de Franco y germanófilo confeso, Serrano Súñer, el hombre de confianza en el Ejército, Capitán General Camilo Alonso Vega, militares, obispos y otros destacados miembros del franquismo de la época. En ese momento se habían recogido unas dos mil firmas. 


¿Suicidio o asesinato?
La muerte del genocida Rudolf Walter Richard Heßestá rodeada de polémica e interrogantes ¿fue suicidio o provocada? Las versiones oficiales dijeron que Hess había fallecido estrangulado con un cable eléctrico basadas en la tesis del suicidio. Por contra la familia discrepó con esta teoría y encargó una segunda autopsia. Esta última determinó que el fallecimiento había sido por por asfixia y no por suspensión de dicho cable. Las dudas persisten hoy. Pero de lo que no cabe duda es de la volátil capacidad para la evolución ideológica del gran fundador de la derecha española que hoy representa el PP. De las entrañas más profundas del franquismo a la creación de una formación ultraconservadora, pero ya en democracia, como fue Alianza Popular. Poco después incia el camino de montaje de la gran derecha española, el Partido Popular, para terminar presidiendo la Xunta de Galicia. De Hess y los desfiles de las tropas nazis en la puerta del Brandeburgo a la Plaza del Obradoiro ante los "mil gaiteros". Un largo viaje para una sola persona.