La presidenta electa de Castilla-La Mancha, María de los Dolores de Cospedal, huye como del agua hirviendo cuando es preguntada sobre su continuidad como secretaria general del PP. En parecidos términos se expresan en Génova donde, sin embargo, hay dirigentes que creen necesaria la salida de la cuarta planta de la “número dos” de Rajoy, frente a aquellos que apoyan su continuidad en la dirección territorial del partido, según fuentes consultadas por ELPLURAL.COM.

Ana Mato
Los que creen en la incompatibilidad de Cospedal al frente de la Secretaría General, piden su sustitución por Ana Mato, que desde su Vicesecretaría de Organización y Electoral hace ya, prácticamente, las veces de la secretaria general. “Además, si hay alguien en Génova que cuenta con la total confianza de Rajoy esa es, sin lugar a dudas, Ana Mato”, añaden.

González Pons
Los que apoyan la compatibilidad de la Presidencia de Castilla-La Mancha con la Secretaría General del PP, no solo creen que Cospedal debe mantenerse, también sugieren que esté asistida por el vicesecretario de comunicación, Esteban González Pons, y que sea éste el que comparezca los lunes ante los medios de comunicación.

Doctrina Cascos
Estos mismos defensores de la continuidad de Cospedal recuerdan que Francisco Álvarez Cascos era vicepresidente del Gobierno de José María Aznar y a su vez “general secretario” del PP, “¿por qué no Cospedal?”, se preguntan, al mismo tiempo que señalan a José Blanco, que hace “doblete” como secretario de organización del PSOE (cargo equivalente al de Cospedal) y ministro de Fomento. Los seguidores de la secretaria general sí ven necesario que ésta esté apoyada por un coordinador general, como así lo hizo Ángel Acebes con Álvarez Cascos.

No estará en el Senado
Mientras tanto, Cospedal se aferra al cargo, elude las preguntas acerca de su continuidad, aunque, eso sí, ha anunciado que cuando tome posesión como presidenta de Castilla-La Mancha renunciará a su escaño en el Senado. Aunque en honor a la verdad no hace falta, ya que su condición de senadora autonómica lleva implícita también la pérdida de esta condición tras las elecciones regionales, como así sucede con los otros 33 senadores territoriales de la Cámara Alta. Además, ya serían demasiados sueldos.